Después del triunfo argentino de ayer por 3 a 1 ante Nigeria, en el amistoso que jugaron en el estadio Bangabandhu de Daca, capital de Bangladesh, el técnico Alejandro Sabella se encontró con dos buenas noticias, más importantes que el propio resultado. La primera es que Lionel Messi fue la figura excluyente del partido y eso que no necesitó marcar goles. Y la segunda es que los pasajes de buen fútbol de todo el equipo le dieron al flamante técnico la tranquilidad que ya puede contar con una base firme (o repetir el 11 inicial si lo considera) para afrontar los primeros dos partidos de las Eliminatorias al próximo Mundial, que comienzan en un mes. Y con el esquema que más le gusta, que es el 3-5-2.
Nigeria (que contaba con 6 hombres que estuvieron en la goleada 4-1 al Sub 25 de Batista) figuraba como una prueba más difícil para la albiceleste, que venció 1 a 0 a Venezuela la semana pasada en India. Y ayer, desde el inicio, un par de buenas asistencias y un tiro libre que se fue apenas desviado junto al ángulo izquierdo anunciaron el buen nivel de Messi, que el rosarino ratificó con la asistencia a Higuaín para el 1-0 y luego con una gran maniobra individual que culminó con el gol de Di María.

A los 24, el capitán albiceleste habilitó a Higuaín cacheteando sutilmente la pelota por encima de los defensores nigerianos, y el delantero del Real Madrid definió con un remate fuerte, junto al palo derecho de Dele Ayenugba, para el 1-0. Dos minutos más tarde, a los 26, Messi le robó la pelota a Michel Obi en la mitad de la cancha y se lanzó en velocidad hacia el área esquivando rivales, definió suave a la derecha de Ayenugba y, tras el rebote en el arquero, Di María marcó el segundo gol argentino.
Apenas comenzó el complemento, Nigeria llegó al descuento. Con Messi menos participativo, el rival se adueñó de la pelota y comenzó a asediar el empate.

Sin embargo, cuando menos lo merecía, Argentina consiguió el tercer gol. Di María habilitó a Higuaín, quien definió al cuerpo del arquero, que tapó bien en el mano a mano pero la pelota rebotó en Edelrson e ingresó junto al palo izquierdo. Iban 20 minutos y el partido ya estaba sentenciado, aunque luego ambos equipos generaron alguna chance más para modificar el marcador.