Parecía que todo se le iba a complicar a River Plate cuando el ignoto Chapecoense de Brasil logró el empate parcial en el primer tiempo, pero el equipo de Núñez resolvió bien en el complemento. Terminó ganando 3-1 y con esa ventaja irá más tranquilo a la revancha que se jugará en Brasil el miércoles que viene, por los cuartos de final de la Copa Sudamericana.
Anoche, los primeros minutos fueron de estudio. El equipo visitante salió beneficiado porque, se sabe, es cuando el local trata de acorralar a su rival para vulnerarlo y en este caso todo era parejo y equilibrado. Encima el campo de juego estaba por demás rápido y resbaladizo, lo que incidió para que dominaran las imprecisiones en los pases.
Recién a los 10’ River ensayó un disparo concreto al arco rival. Fue a través de Pisculichi, cuyo zurdazo salió desviado. De ahí en más el equipo de Gallardo intensificó su dominio territorial. Tanto que bombardeó por las alturas al equipo brasileño.
El esquema de River era acertado. Atacaba por las bandas y buscaba, a través de los centros, vulnerar una defensa numerosa y sólida. Claro, la falta de puntería le impedía ponerse en ventaja.
Pero a los 19’ la insistencia tuvo su premio. Es que el lateral Casco corrió por la izquierda, ganó en velocidad y tiró un centro atrás.
Sánchez, que llegaba frontalmente, la agarró de derecha y la mandó al rincón de las ánimas. Golazo. El premio a un dominio que se fue afirmando a medida que pasaron los minutos.
Ya en ventaja, otra vez el Millonario levantó el pie del acelerador y eso llevó a que los brasileños emparejaran el trámite. Igual no lastimaron a River. Y el “Millo” tuvo otra clarita, a los 35’, cuando Pisculichi casi aumenta en una jugada similar al gol de Sánchez pero su tiro salió desviado.
Pero un minuto después se dio lo impensado. Tras un saque de arco de la visita, se dieron dos cabezazos y la pelota cayó en los pies de Maranhão, quien la mandó al fondo por entre las piernas de Barovero. Tremendo golpe para el local. Y todo porque se relajó, permitiendo que el equipo brasileño lo lastimara increíblemente.
En el complemento River salió decidido a desnivelar otra vez. Adelantó sus líneas y buscó generalmente por arriba el área rival. En uno de los centros que cayó en ese sector, Maidana, que entró por el segundo palo, tocó de emboquillada y le pelota dio en uno de los parantes. Sería un aviso, porque a los 17’, en un tiro libre, Pisculichi le puso un guante a su zurda y la clavó en uno de los ángulos. Golazo. La gente despertó, igual que el equipo.
Lógicamente la ofensiva del local llevó a que el equipo brasileño tuviese más espacios para sus contragolpes. Y por esa vía llegó, pero Barovero contuvo en una clara oportunidad.
Y a los 40’ River logró el tercer gol, que puede ser determinante en la serie. Fue por una corajeada de Driussi, quien terminó tirando un centro para que el uruguayo Sánchez -la figura del partido- mandara al fondo del arco. Buen resultado para River, pensando en el choque en Brasil.

