Buenos Aires, 6 de noviembre.-
La noche en Núñez se presentó con una carga emotiva tan intensa como esperada. La
importancia del encuentro no era menor, dado que River se jugaba literalmente el semestre.
Lejos de pelear el campeonato en el torneo doméstico, Ramón Díaz era consciente de la
vitalidad del duelo ante Lanús. Tal vez por ello, el riojano apostó por su entorno más
cercano, con Jonathan Fabbro, Juan Carlos Menseguez y Teófilo Gutiérrez en la ofensiva.
En los primeros minutos, el "Millonario" mostró una mayor concentración que el "Granate",
pero las limitaciones técnicas de sus intérpretes favorecían a los conducidos por Guillermo
Barros Schelotto . Las presencias de Lautaro Acosta, Santiago Silva y Lucas Melano
significaban una preocupación constante para Marcelo Barovero.
En este sentido, una situación iniciada por el "Tanque", en la que descargó hacia atrás
para la llegada de Leandro Somoza tiró por la borda los plantes del "Pelado", ya que el ex
Boca remató de primera y Diego González corrigió el destino del balón. El taco del
"Pulpito" derivó en el 1 a 0 , para la tranquilidad del "Melli" y la desesperación de Ramón .
A lo dicho se suma el excelente despliegue en ataque que desarrollaba el elenco
bonaerense. Una proyección de Melano , un amague de Acosta y una definición de Silva ,
ante un arco vacío, demostró la clara diferencia que reinaba entre los protagonistas. El 2 a
0 empezaba a derrumbar las esperanzas de la "Banda", que sólo atinaba a lastimar a
través del esfuerzo de Matías Kranevitter.
La única oportunidad que tuvo River para acceder al descuento, fue mediante un tiro libre
ejecutado por Jonathan Fabbro . Una mano de Agustín Marchesín afuera del área, le dio la
chance al ex Cerro Porteño de descontar. Así, el volante tomó la pelota, apuntó al palo del
arquero y la fortuna le negó el grito. El sonido metálico fue tapado por el lamento de los
hinchas, que no daban crédito a lo que estaban observando. La hazaña debía llegar en el
segundo tiempo.
En el complemento, la única herramienta viable que mostró el "Millonario" fue la pegada de
Fabbro . Mediante balones detenidos, " Jonhy" fue el único que pudo exigir al arquero
visitante, que mostró una gran solidez en todas sus intervenciones.
El cronómetro de Diego Abal continuaba su ritmo y desde las tribunas el aliento se
transformaba en repudio. Además, el tercer tanto de Lanús culminó con el hundimiento del
gigante. En un contragolpe perfecto, Víctor Ayala dejó inmovilizado a Barovero para
sentenciar un duelo, que quedará impregnado en la historia negra del club porteño.
El descuento de Teófilo Gutiérrez a los 37 minutos pareció llegar demasiado tarde. El tibio
festejo en la popular y el campo de juego confirmaban que el gol del colombiano sólo
servía para decorar un resultado que estaba definido previamente.
El cierre del espectáculo dejó un sinsabor tan grande como el Monumental. Luego de haber
titulado a este partido como el más importante del semestre, la pobre actuación de River
culminó con un proyecto que deberá replantearse para el próximo campeonato. Serán dos
meses duros para una institución que gozará de elecciones el 15 de diciembre y tal vez, a
partir de allí se pueda comenzar a reconstruir al más ganador del fútbol argentino. En
tanto, Lanús demostró estar a la altura de las expectativas y ahora deberá esperar por
Vélez o Ponte Preta de Brasil .
