Luego del empate agónico conseguido a domicilio, River recibió en la cancha de Independiente a Atlético Paranaense, un equipo que además de sus debilidades habituales tuvo 15 bajas debido a que muchos de sus protagonistas contrajeron coronavirus. Incluso el equipo brasileño se presentó a la revancha de los octavos de final de la Copa Libertadores sin la presencia de un arquero suplente.
El partido comenzó con la fricción tradicional que propone la competición internacional, pero con el transcurso de los minutos, el Millonario se fue adaptando a la presión de su adversario para buscar los espacios y lastimar a la zona defendida por Bento.
Sin embargo, la pasividad de Nicolás De La Cruz y Nacho Fernández obligó a La Banda a atacar por los laterales. Las proyecciones de Milton Casco y Gonzalo Montiel representaban los recursos más incisivos para llegar al gol. Rafael Santos Borré también tuvo una muestra de carácter al estrellar un remate contra el poste, pero los contragolpes propuestos por Walter y Carlos Eduardo despertaron más de una advertencia en Franco Armani. Para sorpresa de los pronósticos, el choque se mostraba de ida y vuelta.
En el complemento River tuvo mayor dominio, pero continuaba con la escasa profundidad. Algún tiro libre ejecutado por De La Cruz o un cabezazo de Matías Suárez que convirtieron al arquero brasileño en figura fueron las herramientas con las que el conjunto porteño mereció abrir el marcador.
Las más clara para que el Millonario festeje la ansiada conquista se dio después de una gran habilitación del ex Belgrano para la llegada del uruguayo, pero la notable reacción de Bento mantuvo la igualdad. En la parte final del duelo el combinado de Gallardo se mostró muy superior, pero como no podía llegar a la red la serie se mantenía abierta.
Finalmente el gol llegó desde los doce pasos. Tras un penal discutido por todos los brasileños, Nicolás De La Cruz selló el 1 a 0 cuando logró capitalizar la fortuna que le dio una segunda oportunidad. Su remate cruzado al palo impactó contra el arquero (que fue la gran figura de la jornada) y resolvió con todo el arco a su merced. Después de tantas oportunidades, los de Napoleón consiguieron sellar su pasaporte hacia los cuartos de final, donde esperará el ganador de la llave que animarán Independiente del Valle y Nacional. La Banda sonó en Avellaneda, pero celebró en Núñez.