River llegaba a Tucumán dependiendo de sí mismo para obtener la Superliga, pero no pudo pasar del empate 1-1 frente a Atlético y, como Boca le ganó a Gimnasia en La Bombonera, se quedó con las manos vacías y masticando bronca por las dos polémicas a su favor que no le concedió el árbitro Patricio Loustau.
El primer tiempo arrancó con mucho vértigo. Cristian Erbes avisó primero con un remate desde afuera que obligó al esfuerzo a Franco Armani, para demostrar que los de Ricardo Zielinski no iban a ser presa fácil de los de Marcelo Gallardo.
A los 11 minutos llegó la gran polémica, con el gol anulado a Rafael Santos Borré tras un pase milimétrico de Nacho Fernández: estaba habilitado, pero Patricio Loustau a instancias del juez de línea le anuló el tanto.
El Decano volvió a aparecer a los 18 y logró concretar: Javier Toledo cabeceó por el segundo palo un córner desde la derecha, anticipó a Armani y gritó el primero. En ese momento, como Boca empataba con Gimnasia, había desempate por el título.
Sin embargo, a partir de esa acción, fueron los de Núñez los que salieron con todo. Aunque sin orden, lograron dominar ampliamente el desarrollo, y no sorprendió cuando a los 34 Milton Casco envió un centro desde la izquierda que Matías Suárez convirtió en el empate desde el corazón del área.
Para sumar un condimento más, en tiempo de descuento Javier Pinola se llevó puesto a Nicolás Aguirre con un manotazo sin intención y corrió sangre. Para colmo, el Bicho no salió a disputar el complemento: lo reemplazó Leonardo Heredia. El ingrediente que faltaba.
En el segundo se planteó un trámite mucho más abierto que nunca permitía soslayar el poderío del anfitrión, Nacho Fernández amenazó con un tiro libre y, a los seis, protagonizó una nueva polémica. ¿Le cometió penal Heredia?
Lo que siguió fue una montaña rusa de emociones, con llegadas de ambos lados y la incertidumbre por lo que sucedería en La Boca. River lo tuvo con Suárez, Juanfer Quintero de tiro libre, el ingresado Ignacio Scocco y un cabezazo de Robert Rojas; Armani debió intervenir ante el ingresado Ramiro Carrera. Pero, en el medio de la vorágine, llegó el gol de Boca y el Millo supo que debía reaccionar contrarreloj.
No pudo ser esta vez para los de Gallardo, que increíblemente sigue sin coronarse a nivel local, y la gloria esta vez recaló en el conjunto de Miguel Russo.