Se presentía un clásico caliente. Adentro y afuera de la cancha. Y así empezó. Y también así terminó. Quedó, tras su desarrollo, la victoria de River Plate sobre Boca Juniors por 1 a 0, con aquel gol de penal de Pisculichi, en el primer tiempo. El orden Millonario le ganó a los nervios Xeneizes en el fútbol veraniego de Mar del Plata. Se fue el primer superclásico de 2016 y no sólo su desarrollo fue raro sino que, por momentos, hasta escandaloso, especialmente cuando los jugadores de ambos planteles se plantaron en una discusión sin sentido cerca del final.
Todo parejo fue al principio, aunque con River algo más punzante. Pero a los 12’ se dio una jugada de inflexión. De esas que cambian los partidos. Jonatan Silva le fue duro a Mercado y el árbitro lo expulsó correctamente. No lo entendieron así los jugadores de Boca que, además de protestar, quedaron tocados anímicamente. Se enceguecieron y no dudaron en ir fuerte a cada jugada. A los 15’ Peruzzi tocó a Alario dentro del área pero Loustau hizo seguir. Esta jugada sería preludio del gol millonario. El árbitro sí cobró una infracción fuera del área. Pisculichi ejecutó y, en la barrera, Tevez, levantó el brazo cometiendo un claro penal. El árbitro no lo vio e hizo seguir pero uno de sus colaboradores le señaló la infracción e inmediatamente marcó penal. Lo ejecutó Pisculichi y la mandó al fondo engañando a Orion.
El nerviosismo en Boca fue en aumento y eso lo aprovechó el equipo de Gallardo. Porque empezó a tocar de primera y hacer inútil el esfuerzo de recuperación de los Xeneizes.
Recién a los 30’ se dio una situación de peligro real. Tevez recibió una pelota al vacío, le ganó a Maidana y, cuando enfrentaba a Barovero, disparó. La pelota salió lamiendo el palo.
El complemento marcó un ritmo más tranquilo. A Boca, con uno menos, se le hizo complicado hacerse dueño de la pelota. Y River, ganando, no se preocupó por desgastarse. Hasta que llegó el minuto 20 y otro jugador de Boca (Peruzzi) vio la tarjeta roja. Los nervios siguieron creciendo en Boca y Díaz también se fue expulsado. Más tarde Loustau echó a Maidana y eso desató una locura entre ambos planteles. Vergonzoso. Lo que quedó no dejó nada importante. Sólo los nervios del perdedor que irá la semana que viene en Mendoza por la revancha.