Juan Román Riquelme cumplió ayer por la mañana mañana con ejercicios diferenciados en el retorno del plantel de Boca Juniors a los entrenamientos, luego del lunes de descanso.
El volante de enganche cumplió con una serie de labores en el gimnasio, después trabajó en la cancha número dos del predio de Casa Amarilla a las órdenes del kinesiólogo Rubén Araguas y finalmente se sometió a una sesión de kinesiología.
El parte médico no presentó novedades, por lo que se deduce que la molestia en el aductor izquierdo que le impidió a Riquelme jugar el pasado domingo, frente a Tigre, por la séptima fecha del torneo Clausura, sigue su evolución normal.
Las dos semanas sin competencia, previas a la seguidilla de partidos que deberá afrontar Boca por el campeonato local y la Copa Libertadores de América, constituyen un paréntesis muy oportuno por lo que respecta al número diez del equipo.
Riquelme había sufrido una lesión durante la pretemporada, por lo que no jugó ninguno de los partidos no oficiales durante el verano, y después, a lo largo de las semanas, presentó diversas dolencias musculares además de un trastorno digestivo en la primera fecha del Clausura, ante Gimnasia y Esgrima de Jujuy.
