El holandés Bauke Mollema (Trek Segafredo) se proclamó vencedor final de la 35º edición de la Vuelta a San Juan una vez disputada la séptima y última etapa en la capital de la provincia, con un recorrido de 126 kilómetros, en la que el
argentino Maximiliano Richeze (Quick Step) logró doblete.
En un final emocionante y ante una verdadera multitud en la Avenida Circunavalación, con múltiples ataques, ‘El atómico‘, que había conquistado la víspera en Pocito, volvió a levantar los brazos con un ataque explosivo en el último kilómetro. Se impuso por delante de su compañero belga Tom Boonen y del italiano Matteo Malucelli (Androni).
Mollema sobrevivió vestido de azul a una jornada disputada con enorme ambiente de ciclismo en el anillo y temperaturas superiores a los 40 grados que obligaron a reducir el kilometraje de la etapa. El compañero de Alberto Contador en el Trek apunta al Giro con la confianza de una victoria a principios de temporada. Era su objetivo y lo cumplió. Tendrá por delante una temporada en la que portará los galones del equipo para disputar la camiseta rosa en el Giro y luego de pondrá al servicio del madrileño en su intento de reconquistar el maillot amarillo del Tour.
El español Óscar Sevilla (Medellìn), incombustible a los 40 años, escoltó en el podio a Mollema como segundo clasificado, mientras que la tercera plaza le correspondió al colombiano Rodolfo Torres (Androni).
Hubo emoción en la teórica jornada de trámite, ya que una escapada del italiano Vincenzo Nibali y los argentinos Juan Pablo Dotti y Gonzalo Najar abrió una ventaja de 1.45 minutos que colocaba al ‘tiburón‘ italiano líder virtual de la carrera. Situación de emergencia que hizo reaccionar al pelotón. El Trek vio las orejas al lobo y hubo de reaccionar animando el ritmo de caza, ya que otros equipos no encontraban la forma de reducir la brecha.
Hubo caídas producto de los nervios cercanos a meta, A 15 kilómetros de la pancarta, la diferencia del trío de cabeza contaba con 45 segundos de adelanto. Nibali tiró para intentarlo en solitario, pero el grupo iba desatado en busca del esprint.
Tras varios intentos estériles se despegó Richeze. De nuevo el argentino se presentó por sorpresa para firmar la quinta victoria del Quick Step, que ha mantenido un dominio absoluto en las siete etapas de la ronda argentina.
La victoria voló a Holanda de la mano de un ciclista que ya destacaba hace una década ganando el Tour del Porvenir. Como profesional obtuvo triunfos de etapa en la Vuelta a España y Suiza en 2013 y refleja en su palmarés 3 puestos del top ten en el Tour de Francia. Su último éxito data del verano de 2016, cuando se impuso en la Clásica de San Sebastián.
Un corredor tranquilo, lector empedernido -suele llevar dos libros para carreras de una semana y hasta 6 a una de tres-,
partidario de la vida solitaria y apartada del ruido. Un soñador, padre de dos hijos que sueña con hacerse grande en el Giro de Italia.