De la resignación a seguir vivo. Del llanto a la felicidad. Del insulto al aplauso. Del nerviosismo a la garra. De un partido que parecía perdido a un triunfo con aroma a milagro. De estar con un pie en la B Nacional a volver a creer en la permanencia en Primera.

De un 2-0 en contra a darlo vuelta en 20 minutos, gritar 3 goles y ganar en tiempo de descuento con un penal, para ponerle más dramatismo y hacer de ayer, una noche mágica.

En la que San Martín volvió a mostrar signos vitales, con una enorme reacción luego de un partido que era malo para el equipo de Sava y parecía sentencia, a las lágrimas de un triunfo que lo sacó del descenso directo para ponerlo en Promoción y darle un envión anímico fundamental para las tres fechas que restarán para seguir en la categoría. La misma que anoche perdió Olimpo tras caer en el Hilario Sánchez por 3-2.

Fue un partido tan atípico como el resultado mismo. Porque en el inicio de ambos tiempos Olimpo le anotó y parecía que otra vez San Martín se quedaba sin nada en un encuentro clave para sus aspiraciones porque más allá que siempre tuvo la pelota, equivocó los caminos, abusó del pelotazo y careció de profundidad. Hasta que llegó el minuto 27 con el gol de Sebastián Penco, el mismo que lo puso al Verdinegro en su real camino y urgencia.

El de jugarse al todo por el todo, a no bajar los brazos y hacer todo lo que le estaba faltando y lo que vino después fue demostrar que no está muerto y que seguir siendo de Primera está cerca. Metió a los bahienses en su arco, que tampoco podían perder y esos espacios que quedaban fueron su fórmula para encarar, meterse de llenó en el área rival y encontrar su premio al atrevimiento para volver al triunfo cuando más lo necesitaba y desatar un carnaval en Concepción.

A los 9’ de iniciado el juego Martín Pérez Guedes definió cruzado para abrir al marcador. El gol de Olimpo hizo crecer los nervios del Verdinegro que se desordenó. No obstante pudo empardarlo con la media vuelta de Penco y el cabezazo minutos después del mismo atacante. O el frentazo de Landa.

Si bien dominaba el balón, no así lo hacía con el partido. Exceso de centros para hacer sencillo el trabajo en el fondo de la visita. Que incluso pudo poner el segundo sobre los 38’ cuando Pocrnjic le sacó el remate de frente a Rolle.
El complemento empezó mal. Iban 7’ y otra vez Pérez Guedes silenció el Hilario Sánchez cuando se durmió la defensa, eludió a Pocrnjic y definió para el 2-0.

Parecía historia sentenciada y hundirse en el descenso para una condena casi segura. Pero reaccionó y en los últimos 20’ hizo todo lo que le faltó antes. Jugó como un equipo que quiere mantener la categoría y produjo el milagro. A los 27’ Penco descontó. Sobre los 36’ Gastón Caprari empató al capitalizar un rebote y la fiesta se desató a los 47’ con el penal de Cristian Alvarez, para demostrar que San Martín está vivo y sueña.