Lástima que todos hayan terminado enojados (con el arbitraje) porque el partido en sí tuvo de todo. Y ese todo fue muy bueno. Tanto que Olimpia sorprendió con un nivel extraordinario en el primer tiempo (estuvo 3-0 arriba) y desconcertó los finos movimientos del Reus español. Y, en el complemento, el equipo catalán mostró una tremenda vergüenza y dio vuelta las acciones, cerrando el tablero por 5-4. Claro, entre todo eso, hubo sanciones equivocadas -especialmente de concepto- de los árbitros y eso llevó a que los nervios y los enojos terminaran dominando la escena. Y esos errores arbitrales no inclinaron la balanza en favor del ganador sino que empiojaron el partido a punto tal que los jugadores de ambos equipos se fueron sin sonrisas.

Igual, el partido fue el mejor de los que se llevan jugados por el torneo Internacional de hockey en el Cantoni. Porque tuvo actuaciones individuales destacadas, como la de Raúl Marín en el Reus que se convirtió en el hombre vital para la remontada visitante, y la del Chupa Oviedo, el abanderado como siempre de Olimpia que fue un tema sin solución para el Reus en el primer tiempo.

Después de aquella supremacía notable de los Turcos en el primer tiempo (se fueron al descanso ganando 3-1), el técnico porteño del Reus, Alejandro Domínguez, mandó a pista a su salvador (Marín) y éste empardó la cuenta. En lo que quedó se repartieron todo. Inclusive grandes emociones que no terminaron en goles. Para la gente fue un deleite, aunque los jugadores se hayan ofuscado por el arbitraje. Igual, este Internacional está punto caramelo. Porque el nivel de juego es de gran altura.