4.30 de la madrugada. Temperatura bajo cero y una intensa lluvia que hacía horas caía en toda la provincia. Con ese panorama se largaba ayer la sexta edición del “Desafío Ansilta” que debutó en un escenario único como el Dique Punta Negra y que tuvo como ganador en su distancia ultramaratón al sanjuanino Juan Manzano.
La tradicional prueba contó con la participación de 1.800 audaces atletas que le hicieron frente al terrible desafío. Y fue terrible. Sí. Porque si bien el Ansilta siempre tiene como mística hacerle frente a las condiciones climáticas, ayer superó cualquier tipo de expectativas. Porque hubo otro factor clave para sumarle dureza a la competencia y esa fue la altimetría.
El Ansilta, que puso en disputa pruebas de 65, 42, 28, 16, 8 y 4 kilómetros, debutó este año siendo internacional avalado por la ITRA (Asociación Internacional de Trail Running) y uno de los requisitos fue sumarle altura a las pruebas mayores de ultramaratón y maratón. Por eso, esta edición trasladó la competencia a Punta Negra,en el limite montañoso de Zonda y Ullum.
Cuando partieron desde el Camping del Cerro Blanco en Zonda, quienes disputaron los 65K lo hicieron de madrugada, recorriendo los primeros 30 kilómetros bajo una intensa lluvia. El mendocino Miguel Hidalgo y el sanjuanino Juan Manzano fueron parte del grupo que partió de cabeza. Todo el mundo destacó los imponentes paisajes a lo largo de toda la competencia.
Es que después de pasar por la Mina de la Sal y escalar el Cerro Negro, pasando el paredón del dique, los atletas pudieron apreciar el Lago en toda su extensión, atravesando posteriormente el filo del cerro donde se requirió de mucha destreza para poder atravesarlo sin problemas. Ya en los últimos diez kilómetros, el descenso parecía ser un alivio para los atletas que con las últimas fuerzas buscaban el Cerro Blanco, donde se ponía fin al enorme desafío. Finalmente esa prueba mayor, la que repartía puntos para el Mundial de Trail Running fue el sanjuanino Juan Manzano, quien completó en 7h17m51 segundos.
Hubo muchos, sobre todos los foráneos, que rondaron la cifra de 800 atletas, que detuvieron la marcha para tomarse fotos con el paisaje de fondo. Porque también de eso se trató la competencia: de disfrutar el panorama y con mucho esfuerzo terminar el desafío, porque ayer en Punta Negra el Ansilta fue eso: un verdadero desafío…
Un bien necesario
Apenas terminaban la competencia, los atletas podían dirigirse a los gacebos del Colegio Finesiokinésico de San Juan donde una decena de voluntarios hacían masajes y trabajos de elongación para quienes completaban el enorme esfuerzo.
Esa resultó una gran iniciativa del “Adventure Pro” porque si bien varios grupos de entrenamientos llevaban su propio personal para hacer masajes, habían muchos -sobre todo los foráneos- que requerían de esos servicios. Además, la organización también brindó frutas y bebidas energizantes para la recuperación.