Apenas había dos personas en la tribuna Oeste que da detrás de uno de los arcos en la cancha de la UVT. El resto, silencio y vacío. Después, ya cerca del final de la práctica, empezaron a llegar algunos familiares. Pero de eso no pasó. Lo cierto es que el Preseleccionado argentino de hockey sobre patines regresó a los entrenamientos casi en completa soledad. Sin gente, ni curiosos. Tampoco con presencia del periodismo (sólo estuvo DIARIO DE CUYO). Parece ser que esto de la Selección argentina al Mundial de Angola es como una patriada. Por ahí vuelan rumores de nuevos resquemores en la parte dirigencial. Tanto que podrían influir directamente en el equipo nacional. No es una cuestión nueva. A esta altura casi siempre ha sucedido lo mismo cuando se viene un Mundial. Lo que por ahí llama la atención es que, después del acuerdo entre la CAP (Confederación Argentina de Patín) y la FAHP (Federación Argentina de Hockey sobre Patines) que pareció traer nuevamente el Sol al hockey argentino, ahora otra vez aparezcan campanas enemistadas.

Aunque, como dijo el propio DT Darío Giuliani “sobre problemas dirigenciales no se nada. Ni siquiera me compete. Yo estoy aquí para entrenar a los muchachos”, esto no debería influir en el ánimo de los que hoy por hoy están trabajando.

Ayer faltaron tres de los 23 que estaban convocados. No estuvieron los porteños Julián Cornejo e Iván Jaquierz (“puede que no hayan tenido tiempo para arreglar el viaje”, aclaró el ayudante técnico Daniel Cocinero). Tampoco Lucas Ordóñez (“tiene una lesión complicada y es casi un hecho que no pueda estar”, agregó Daniel). El resto trabajó a full. Con algunos movimientos ofensivos y después a puro hockey. Más tarde fueron al gimnasio. Hoy siguen en doble turno.