Expulsar a un jugador a los 15" de un superclásico es un dato no habitual. Por eso el árbitro Fernando Rapallini ayer quedó en el centro de la escena, sobre todo del lado de Boca, por la tarjeta roja que le mostró a uno de los referentes del visitante: Marcos Rojo.
Con el plus que el defensor se fue a los vestuarios tan rápido al recibir dos amarillas con un par de minutos de diferencia. En líneas generales la actuación del juez resultó satisfactoria. En el caso de la expulsión a Rojo, la primera amarilla por pegarle a Brian Romero, y después la segunda por un cruce a destiempo sobre Agustín Palavecino.
Quizá la doble amonestación podía evitarse por parte del árbitro, aunque lejos estuvo de ser una decisión "errada". Ese punto de inflexión en el encuentro no provocó que Rapallini se fuese de su concentración. En líneas generales manejó bien su arbitraje y no tuvo otras decisiones como para reprocharle. A sus 43 años, ya le mostró 12 rojas a jugadores que enfrentaron a River, mientras que a los de la Banda apenas cuenta con 3.