Ramón Díaz es de aquellas personas que concentra en su figura la atención del entorno. Viejo zorro del fútbol, se jugó al sistema con un enganche y, aunque en el primer tiempo su conjunto fue superado por San Martín porque Lanzini no encontraba eco en Sanchez y lo suyo se tornaba muy previsible, arriesgó poniendo a Ariel Rojas por un nervioso e improductivo Solari, pero al ex Godoy Cruz lo mandó a jugar por izquierda y corrió al uruguayo Sánchez a la derecha. En esa variante volcó a su favor la historia del partido porque Rojas habló el mismo idioma futbolístico con Lanzini, a quien asistió para que anotara el primer gol y luego inició la triangulación que pasó por Lanzini y culminó con el golazo de Sánchez.

El cambio táctico había creado expectativa en el pueblo millonario. La victoria infló los pechos de los hinchas de pasión soñando con reverdecer los laureles que supo conseguir como entrenador con “su” River.

Durante el partido se lo vio tranquilo. En el primer tiempo salió poco del banco. A los 5 minutos se vio por primera vez su figura ataviada con una camisa a cuadros y un pantalón oscuro que se irguió para pedirle a Martínez que no se adelantara porque Luna le ganaba las espaldas. De ahí en más salió un par de veces del asiento para remarcar alguna idea. A los 33, cuando Barovero le tapó el gol a Osorio salió y pegó un par de gritos, para despertar a sus defensores. Después, casi al final, charló un minuto con Solari, mientras el juego estaba detenido porque atendían a un lesionado.

En la segunda parte pasó momentos más prolongados de píe. Sobre los 4 minutos dio un par de indicaciones porque “perdíamos muy fácil la pelota”. Después del gol de apertura, al que festejó con mesura, dedicó más tiempo para habitar el corralito y hablar permanentemente con sus dirigidos.

Luego que Funes Mori se comió un gol a los 37 minutos, se volvió al banco y dirigiendose a su hijo Emiliano, uno de los ayudantes que tiene, le comentó. “Sabes como definía yo…” Después disfrutó sin estridencias de la victoria.

Llegó captando la atención y saludando con la mano en alto a los hinchas. Se fue contento por el triunfo y dijo que hay mucho trabajo que hacer. Volvió Ramón y River recuperó la alegría.