Trabado. El clásico más viejo del país no pasó de un pobre empate. En el Cilindro y ante una multitud, los dos quedaron en deuda.

 

El sorteo ofreció una final anticipada. Un duelo que marcará una bisagra para dos equipos argentinos. Racing-River. El primer acto se jugó anoche en el Cilindro de Avellaneda, por la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores. Y el 0-0 dejó más conforme a los de Gallardo que a los de Coudet.

No sólo por la localía sino -principalmente- porque la Academia dispuso de todo el complemento de un jugador más (fue expulsado Ponzio) pero nunca supo cómo lastimar a River. La revancha será el 29 de agosto en el Monumental.

En el arranque River desnudó una falencia en el armado de Racing. Los volantes de River se soltaban y tenían mucho terreno libre. Lo aprovechaban tanto Pity Martínez como Nacho Fernández, que encontraron el hueco y probaron con buenos remates desde afuera. La visita apostaba al juego colectivo y a los ataques rápidos de contra. Los de Coudet, en cambio, dependían de arrestos individuales. Fue Centurión el primero que se animó a gambetear e intentó generar un penal de Pinola que no compró el árbitro. River lucía mucho más cómodo. Y Javier Pinola estuvo a punto de traducirlo en el marcador. Encontró la pelota solito en el área tras un córner desde la derecha y su derechazo se fue besando el palo. Nada podía hacer Arias.

De contra, Gustavo Bou demostró que su explosión sigue vigente y exigió a Armani con un bombazo.

Hasta esa jugada que tapó el arquero de River a los 21 minutos el partido fue de ida y vuelta, sin brillo pero con la tensión suficiente para que pudiera abrirse en cualquier momento.

Luego, en el tramo final rumbo al descanso el ritmo bajó. Ya se había acomodado el mediocampo de Racing y ya no tenía explosión ende contraataque River.

La expulsión de Ponzio (doble amarilla) en el cierre de la primera parte le agregó un condimento inesperado al choque. Gallardo mandó a la cancha a Bruno Zuculini por Ignacio Scocco y, obviamente, modificó su plan inicial al tener un jugador menos.

La responsabilidad pasaba más que nunca a manos del local. Y el equipo de Chacho nunca encontró el rumbo. No estuvo lúcido Centurión, quedó aislado Lisandro y tampoco le aportaron soluciones Soto o Solari (entró por Zaracho) por las bandas.

El reloj era un rival más para la Academia y un aliado para el millonario que se sentía más cómodo con el 0-0.

A Racing le pesó demasiado el desafío de ir en busca del triunfo. Y River, que había arrancado mejor el partido, después de la roja a Ponzio decidió replegarse y defender el empate.

La igualdad lo deja con mejor gusto a River. Aunque para Racing enseguida aparecerá la chance seductora del gol de visitante en el Monumental.

 

Centurión

Muy ofuscado

Ricardo Centurión fue reemplazado a los 27" del segundo tiempo y el jugador de Racing mostró toda su bronca con el cambio, ya que el ex Boca revoleó la botella de agua que le dieron antes que se sentara en el banco.

 

Claves

Condicionado

River, que empezó siendo superior a Racing, controló el balón y el campo de juego en la media hora inicial, aunque la expulsión de Leonardo Ponzio lo dejó muy expuesto para seguir con esa misma ambición.

Anémico

Racing tuvo el control del segundo tiempo, pero salvo un par de opciones claras que generó no tuvo mucho ingenio como para complicar a Franco Armani. La Academia se mostró demasiado atada.

Distinto

Con el cambio de escenario y siendo River el protagonista, seguramente la revancha de estos octavos de final tendrá otro panorama. En ese sentido, Racing buscará sacarle rédito a la velocidad de sus atacantes.

 

Conforme

 

El arquero de River, Franco Armani, tuvo una destacada actuación y ayudó para que su equipo mantuviera el empate en cero. El cuidapalos, que fue al pasado Mundial, analizó que "se nos hizo complicado en el segundo tiempo con un jugador menos, pero el equipo se cerró bien y aguantó el resultado. Es importante haber sacado un empate, sabiendo que todo se definirá en nuestra cancha".

Sobre haber mantenido el cero en su arco, Armani puntualizó que "suma mucho para la confianza de uno y también demuestra que existe un gran trabajo en equipo para impedir que lleguen los rivales hasta el arco. Siempre que el cero lo tenemos asegurado, uno va ganando en confianza".