El último cruce de río no lo frenó. "La gente te hace el embudo para que pasés por el medio, donde tiran piedras y por eso te clavás. Era el último vado y lo pasé con el acelerador a tope. La verdad, no sé si alcancé a mojar la moto", contó Alberto Ontiveros. El Puchi, así como en ese vado, anduvo a fondo en todo el circuito. Daba miedo verlo correr por las Sierras de Chávez, casi como alma que se lo lleva el diablo. Ontiveros ayer se impuso en la 19na. edición del Safari tras las Sierras para motos, que se corrió en Valle Fértil y fue válida por la primera fecha del Campeonato Sanjuanino de Enduro, y logró su segundo triunfo consecutivo y el tercero en su historial, ya que el primero fue en 2000.
De esta manera, Ontiveros quedó a un triunfo de empatar al recordman del Safari, Alberto López, quien ganó en las ediciones de 2001, 2002, 2005 y 2008, mientras que igualó al retirado Nicolás Guiñazú, quien se impuso tres años seguidos: ’97, ’98 y ’99.
Ontiveros registró un tiempo de 1h.40m.44s. y bajó nada menos que en nueve minutos su registro anterior, mientras que a su escolta de ayer, Juan Manuel Dávila, le sacó siete minutos de diferencia, dos claras muestras del impresionante ritmo de carrera del ganador.
El Puchi, campeón sanjuanino 2009 con una contundencia abrumadora (ganó todas las fechas puntuables), siguió de racha en 2010 y vaya de qué forma. El sábado había quedado tercero en clasificación, por lo que largó detrás de Juan Pablo Ruiz y Juan Manuel Dávila. A los pocos kilómetros, Ontiveros se encontró con el accidente de Ruiz, quien se salvó de milagro al chocar con una camioneta que circulaba en el circuito (ver página 9), un rival sin dudas con el que hubiese tenido un lindo duelo ayer. Pero poco más adelante, el propio Ontiveros evitó chocar con la ambulancia que venía a asistir a Ruiz, sumando otro factor en la construcción de su triunfo: el de la suerte.
En las zonas más exigentes, como en La Zeta, Las Amarillas y especialmente en un sector nuevo en el regreso, Ontiveros hizo la diferencia. A todo esto ya había superado a Dávila, el otro piloto que largó delante suyo (cada corredor fue lanzado cada 30 segundos), y el triunfo se consolidó en la vuelta al circuito de Coqui Quintana, con una luz indescontable para sus rivales.
Ontiveros voló en el Valle, ratificó su dominio en el enduro local y por tercera vez se quedó con una carrera que todos quieren ganar, pero que muy pocos pueden conseguir.

