Si algo tuvo el enorme empate de San Martín con sabor a triunfo ante Central, fue la inteligencia del planteo y lo bien parado que estuvo durante todo el partido. Sin fisuras ni desconcentraciones. Una apuesta a no perder que resultó. Incluso hasta tuvo chances de anotar, pero cuando se vio que era complicado y que Central se venía con toda su artillería se plantó y allí estuvo la fórmula para sacar adelante un partido complicado.

La figura terminó siendo Luis Ardente, quien retornó al arco tras el desgarro que lo dejó afuera de los últimos dos partidos. El ex Tigre fue probado a principios de semana y como respondió Sava le devolvió el puesto bajo los tres palos. Y el 1 (o 27 tal cual indica su dorsal) le ratificó esa confianza con intervenciones claves y determinantes.

A los 47’ le ahogó un mano a mano a Castillejos. Y al minuto del complemento se estiró y con enormes reflejos le negó el grito a Toledo. Después Lequi, entrando por atrás, lo sufrió cuando el cuidapalos se la sacó al córner. Esas fueron las más complicadas, pero su seguridad se mostró en cada cierre ya sea en las alturas o al salir fuera del área. Tuvo una falencia al final cuando se le cayó a la pelota al cortar un centro, pero su desenvolvimiento fue ideal.

Siempre apoyado de la defensa, que fue pareja en su nivel y cuando se tuvo que cerrar y aferrar a su intención lo logró. Alvarez y Mas fueron salida cuando se pudo y en la marca estuvieron astutos. Grabisnki no perdió en el mano a mano y los delanteros locales sufrieron para pasarlo. Similar a lo de Landa.

En el medio Bustos terminó exhausto, fue un atleta que mordió en todos los sectores y Alvarez y Méndez no pudieron hacer su juego. Mientras que sus laderos aportaron claridad con Carrusca, explosión con Poggi, y una mezcla de los tres con Affranchino.

Adelante, el Gurí García fue de lo más difícil de controlar para los locales, sobre todo en el primer tiempo donde los encaró y ganó en velocidad. Mientras que Caprari presionó y ayudó en la marca ante la falta de asistencias que tuvo.

Un planteo inteligente sabiendo que Central estaba obligado a ganar.