Quilmes tuvo anoche respuestas anímicas y futbolísticas para obtener ante Atlético de Rafaela un 3-3 vibrante, que hasta pudo haber sido para los Cerveceros, sobre el epílogo, una victoria digna de ser recordada por mucho tiempo. El uruguayo Martín Cauteruccio, quien ingresó desde el banco de los suplentes, fue la figura del partido que abrió la cuarta fecha del Torneo Final, ya que, a 16 minutos del desenlace, fue el autor del 2-3 y, a los 40, el fabricante del empate que se produjo por un autogol del capitán Fabricio Fontanini.

Rafaela jugó con inteligencia, orden y capacidad para replicar, por eso estuvo en ventaja 2-0 y 3-1, pero el triunfo se lo quitó el corajudo Quilmes, un conjunto que hasta casi se impuso en la última curva del cotejo, empujado por su corazón y voracidad.

En el segundo segmento La Crema llegó a estar 2-0 arriba por los goles de Juan Eluchans y Germán Rodríguez Rojas, pero muy pronto descontó Cristian Menédez, como para devolverle la vida a los sureños. Cuando a los 28 minutos de esa segunda mitad el debutante Eduardo Domínguez estampó el 3-1 dio la impresión de que podía tratarse de un golpe de nocaut, pero fue entonces cuando Cauteruccio mostró personalidad, amor propio y su eficacia de artillero.

En el primer tiempo Quilmes controló la pelota pero no pudo quebrar el ordenado planteo defensivo de Rafaela.

En la segunda parte el Cervecero volvió a buscar con insistencia el gol y causó peligro, pero se encontró con un adversario bien parado que aprovechó las oportunidades para anotar valiéndose de réplicas o escenas originadas con pelota parada. Pero después de un 0-0 prolongado, en el viernes quilmeño se abrieron las compuertas para los goles y las emociones fuertes. Fue entonces que Eluchans resolvió al pasar al ataque como si fuera un nueve en la boca del arco; Rodríguez Rojas clavó la pelota en el ángulo superior derecho para aumentar la alegría de los santafesinos, pero Menéndez de cabeza dejó en claro que los locales seguían en la lucha. Y cuando Domínguez recogió el tributo que fue producto de un córner lanzado desde la izquierda a Quilmes le causó un dolor en el alma, pero Cauteruccio demostró ser cabeza dura y todo corazón para darle forma a un 3-3 que les sirve más a Independiente y San Martín, si logran aprovecharlo.