Ganó por tozudo. Se impuso por guapo. Logró el triunfo que tanto buscó durante el año en la última carrera de la temporada y lo consiguió sin traicionar su estilo de ciclista generoso. Jonathan Soria se impuso en el Circuito Aniversario del Cicles Club La Bebida derrotando en el esfuerzo supremo al mendocino Rubén Rojas. El caucetero, es uno, sino el ciclista que más famoso ha hecho al nombre de la Asociación Mardan. Acostumbrado a ponerle el pecho a las mariposas desde temprano ha protagonizado fugas tan heroicas como estériles, pero escapadas que provocaron que en todas las transmisiones radiales y televisivas los micrófonos e imágenes destacaran esas intentonas.
Quiso el destino y la férrea voluntad de este joven caucetero (hijo del recordado Faustino, animador de tardes inolvidables de la época de gloria) que la búsqueda incesante por inscribir su nombre en la lista de ganadores del ciclismo sanjuanino tuviera fin ayer, cuando por enésima vez en la temporada agachó el lomo, apretó los dientes y pedaleó con más fuerzas que nunca para alejarse del enjambre multicolor.
La competencia que cerró el año rutero contó con un total de 147 participantes. Hubo dentro del pelotón muchos promocionales y masters. Y, aunque la lucha, se circunscribió a los hombres de los equipos grandes, pudo verse con admiración que hubo varios jóvenes y algunos veteranos que se movieron sin problemas dentro del grupo de cabeza que, por momentos promedió los 46 kilómetros horarios.
Hubo varios intentos de fuga, se anduvo mucho contra el borde, el ritmo por momentos fue intenso y complicado de mantener por quienes no viven solo de esta disciplina. Sin embargo, chicos como Julio Cortéz, Duilio Ramos y Franco Luna, dieron batalla. Lo mismo ocurrió con ciclistas de la talla de Fernando Giménez, Ariel Valdéz y José Moisés Carrizo que demostraron porque estuvieron entre los mejores, con títulos logrados, en el pelotón de libres.
Pero, esos ataques quedaban en escaramuzas porque el pelotón viajaba muy rápido. En el último giro, de los cinco programados, se produjeron un par de cortes, primero de una docena de hombres y luego de una veintena, pero al dejar el Jardín de los Poetas ya estaban otra vez todos juntos.
Rojas, que había sido el primer escapado de la tarde, pegó un palo llegando a la zona de los boliches, por Avenida Libertador. Soria lo alcanzó y luego entre los dos edificaron la fuga decisiva. Atrás se confiaron y definieron entre ellos. El caucetero levantó un embalaje largo y quebró la resistencia del mendocino.

