”Lo primero que vamos a buscar es meternos entre los primeros cuatro de nuestra zona, cuanto más arriba en la fase inicial mejor para que no nos toque en cuartos el primero del otro grupo. Pero Brasil, Italia, Polonia tienen que ganar, nosotros no”. La reflexión corresponde a un genio no solo del vóleibol sino del deporte mundial como es el actual técnico de la selección masculina, Julio Velasco, quien a sus 64 años encara acaso su mayor desafío: dirigir la albiceleste en los Juegos Olímpicos de Río. Sus palabras marcan dónde pone la vara de cara a Brasil y para el cual sus dirigidos tuvieron un extenso proceso de preparación. Esa ‘previa’ tendrá mañana y pasado su punto final en el país con los amistosos a disputarse en el Aldo Cantoni ante México, seleccionado que también estará en los Juegos y llegó mediante un repechaje muy duro.

Entre los doce argentinos elegidos para Río estará Bruno Lima, el jugador de Obras, que en la selección es el opuesto titular y que con apenas 20 años tendrá su bautismo en semejante acontecimiento.

Argentina, que llegará hoy a la provincia, formará parte del Grupo B contra Irán (debut 7 de agosto), Rusia (9/8), Polonia (11/8), Cuba (13/8) y Egipto (15/8). Para llegar al objetivo inicial pautado por Velasco, Argentina deberá meterse entre los cuatro mejores. En la reciente Liga Mundial se le ganó en la fase final nada menos que a Francia (último campeón de la Liga), Rusia (actual campeón olímpico) luego de 26 años y Serbia (subcampeón de la Liga en 2015).

Velasco es conciente que hay potencial, aunque lógicamente su experiencia le marca que todo es muy parejo a este nivel: “Creo que es el momento para que el equipo haga un salto de calidad también desde el punto de vista de la mentalidad.”, subrayó.

El año pasado, el oro en los Panamericanos de Toronto, fueron una muestra que el camino marcado por este platense, que llevó a Italia en la década del ‘90 a dominar el voley a nivel ecuménico conquistando dos mundiales y una plata en los Juegos de Atlanta ‘96, era el correcto.

Jugar con ser punto y no banca es otro aspecto que Velasco entiende puede favorecer a sus players, que cuentan en el plantel con la tan mentada mezcla de experiencia y juventud.

“Argentina no está entre los mejores equipos del mundo aunque seamos sextos en el ranking. Pero por ahí aprovechamos la presión del otro y en cuartos, que es un partido seco, damos el batacazo como ya pasó alguna vez”, apuntó Julio, trayendo al presente el golpe que dio la selección que conducía Carlos Getzelevich en Sydney 2000, cuando en cuartos de final sacaron del camino a Brasil.

Luego, el sueño acabó con dos derrotas y un cuarto puesto, algo mucho más arriba que las expectativas previas.