Independiente se quedó con el clásico de Avellaneda al vencer por 1 a 0 a Racing Club en el estadio Libertadores de América merced a una actuación para 10 puntos de su arquero Hilario Navarro, la paternidad que ejerce en el historial y el tradicional "técnico que debuta, gana", en este caso encarnado por Antonio Mohamed.
A todo esto hay que sumarle "el sueño del pibe" ampliamente cumplido por el juvenil lateral derecho paraguayo Cristian Baez, que anotó de cabeza el gol de la victoria Roja cuando expiraba el primer tiempo.
Pero en lo específicamente futbolístico Independiente lo ganó merced a la notable tarea del arquero Navarro, que obturó todos los intentos que por arriba y por abajo procuraron los jugadores visitantes.
La elección del Turco fue acertada de movida, ya que Adrián Gabbarini venía de actuaciones sin solidez que lo llevaron, por ejemplo, a recibir cuatro goles en la jornada anterior frente a Godoy Cruz, en Mendoza.
En cambio el correntino ya había vuelto con sus condiciones intactas cuando le devolvió transitoriamente la titularidad la dupla interina integrada por Elbio Pavoni y Francisco Sá.
Lo de ayer de Navarro fue como para quedarse con el puesto y que tanto Gabbarini como Fabián Assmann vayan pensando en un futuro lejos de Avellaneda si tienen intenciones de jugar seguido.
Sin embargo, más allá de esto, que podría ser indicativo de una injusta victoria de Independiente, lo cierto fue que el conjunto local creó algunas situaciones de contraataque como para aumentar y darle cierta cuota de legitimidad en el juego a esta victoria.
Racing, por su parte, con la tibieza de su ataque y la falta de puntería de sus delanteros, pagó esas falencias con una nueva derrota en el clásico.
Los albicelestes carecieron del fútbol que les otorga el colombiano Giovanni Moreno, que anda por Estados Unidos con el seleccionado de su país, ya que Patricio Toranzo no fue el conductor que el equipo necesitaba y el pibe José Luis Fernández no deslumbró en este partido caliente como en algunos cotejos anteriores.
Así, en un cotejo deslucido, propio de las limitaciones de ambos equipos, Independiente se llevó tres puntos que necesitaba más allá de la tabla de posiciones y Racing volvió a su realidad luego de una fugaz y tibia primavera en la que se bañó con dos goleadas.

