Poco importó los 39º de temperatura que hicieron a las 16.30 cuando largó la segunda etapa de la Vuelta. Mucho menos que el recorrido tuviera cinco giros a un circuito por el departamento Pocito. Es que la gente se apostó al costado del camino por donde transitó la etapa desde el arranque de la misma. Y como siempre, la postal familiar copó la escena en uno de los departamentos que sienten al ciclismo como propio. Lo único que no se les dio a los ‘locales’ fue la definición de la etapa con un ganador de su municipalidad.
El público copó desde temprano las calles Aberastain, 11 y Alfonso XIII. Las mesas en la vereda y la bebida resultaron imágenes repetidas por cientos en esas arterías. Fue justamente en el frente de la casa de la familia Uñac donde se definió la etapa y el par de metas bonificadas de la tarde. Una marea humano estuvo en esos electrizantes embalajes, pero con la precaución de no cruzar el vallado dispuesto en la zona. Claro que en otras calles como la 16, 17 y 18 los espectadores también dijeron presentes, aunque no en tanto número. Igualmente, hasta una familia que celebraba un cumpleaños de un niño ‘detuvo’ la fiesta para salir a la puerta y ver el paso de la caravana. Con semejante calor la bebida fue el principal aliado de los fanáticos. En ese sentido, la cerveza conquistó el podio. Otra manera de amenizar el calor sofocante pasó por los chapuzones en los canales.

