Una historia aparte en un mismo clásico marcado por la polémica. Otra vez, Peñarol-San Martín de Mendoza volvió a quedar en el ojo de la tormenta por la actuación del árbitro Correa. Es que los fallos del juez cordobés terminaron desvirtuando lo que Peñarol necesitaba y quería: ganar su primer partido del año. Las rápidas expulsiones de los sanjuaninos Pablo Jofré y Fabricio Illanes en San Martín, abrieron la escena a otro partido que el Bohemio aprovechó como debía hacerlo para terminar ganando 4-2 y tomando esa bocanda de aire para intentar afirmarse en el flojo comienzo de temporada que sufre.
Peor no pudo ser el comienzo para Peñarol y es que a los 3" Simionato apuró en un pase largo, vio la duda en el fondo y puso a San Martín arriba. Todo mal. Todo complejo para el local que entró en la zona gris de la ansiedad. Llegaron las expulsiones y recién pudo acomodarse. A los 35" Paulo Oballes empató de penal, luego, ya en descuento el mismo Oballes puso el 2-1 de cabeza y en el último minuto del descuento Barraza metió el 3-1 con un gran remate de media distancia. En el complemento, San Martín intentó reacomodarse como pudo. Pero a los 9" Oballes triplicaría su tarde goleadora para terminar con las escasas chances del rival. Quedaba mucho por jugar y Peñarol intentó ganar confianza para lo que se le viene. El descuento de Ale Corvalán decoró un parttido que estaba terminado mucho antes.
El Bohemio logró lo que quería y necesitaba. En el medio, la polémica labor del árbitro Correa desvirtuó un triunfo que el Bohemio siempre buscó. Con dos menos, en el Federal A, se hace muy complejo. En las dos expulsiones, el árbitro se apresuró en las primeras amarillas a Jofré y a Illanes, que fueron por demorar sin la pelota en juego. Después, en el roce, fue inflexible. Peñarol tal vez no necesitaba eso. Salió a jugarlo con lo que tiene y terminó metiendo un triunfo que hoy le sirve pero que no define su futuro para nada. En paridad, once contra once, le había costado el comienzo del partido y lo sufrió. Despues si, aprovechó lo que tenía a favor y se dio una dosis de amor propio para intentar descomprimir su ambiente y pensar en que puede y debe mejorar mucho más para sostenerse en la categoría y no pasar sustos innecesarios.