Las aguas nada pacíficas del Pacífico provocaron que el triatleta sanjuanino de largo aliento, Pedro León, viviera una odisea que duró poco más de 11 horas y media, tiempo que tardó para completar el recorrido del Campeonato Mundial de Ironman, corrido ayer en Hawai.
“Esta fue la carrera que más sufrí. Tragué muchísima agua en el mar (3,8 Km) y a los 60 kilómetros de mi etapa de bicicleta comenzó el infierno. Sufrí vómitos, siete en total, que no paraban. Un par de veces debí apearme en la banquina. Desde allí no pude probar más nada, la comida no pasaba y la bebida hidrolítica me provocaba nauseas. Solo tomé agua. Se me fue el alma en la bici más lenta de mi historia ni entrenando hago 5h35m (180 Km). Finalmente corrí muy poco y caminé mucho (4h33m33s para los 42 Km)”, contó.
La alegría de haber terminado y recibir su medalla “finisher” sirvió, en algo para atenuar las penurias sufridas. “Perdí mucho peso, terminé realmente agotado. Ahora lo único que quiero es dormir y alimentarme bien para recuperarme”, explicó León, que terminó en el puesto 1.148 de 2400 atletas y 151 de 238 en su división. El ganador fue el alemán Sebastian Kienle con 8h14m18s. En la categoría 45 a 49, la de León, ganó el francés Gilles Reboull (9h52m59s).