Las historias se multiplican a lo largo y ancho del autódromo El Villicum. El circo fierrero no solo es pasión en otras provincias, sino que los sanjuaninos también lo viven a pleno, como es el caso de 12 amigos que se instalaron hasta con un camión frigorífico a un costado de la recta larga.

 

Uno de los integrantes del grupo es distribuidor de pollos y puso a disposición su vehículo de trabajo, que no solo sirvió para mantener la comida y la bebida en perfecto estado, sino que también fue utilizado como una platea de lujo para ver las distintas carreras.

 

Llegaron el sábado y de inmediato bajaron el chulengo y se pusieron a hacer fuego para hacer asados y hasta paella. Unidos por el automovilismo, entre padres e hijos vivieron a pleno el paso del Turismo Carretera siendo locales en El Villicum.