Hacé Lio. Messi se juega su ilusión y la de toda Argentina esta siesta ante Venezuela. ¿El premio? Llegar a semifinales de la Copa América en Brasil. Que la vuelta al Maracaná tras el 2014 sea con una sonrisa.

La imagen todavía duele. Lionel Messi pasando al lado de la Copa del mundo sin poder tocarla y mucho menos levantarla como soñó desde que empezó a jugar en un potrero de Rosario. Ya transcurrieron casi cinco años y las vueltas del fútbol hacen que hoy Argentina regrese a ese mito que es el estadio Maracaná luego de aquella final perdida ante Alemania por 1-0 en el suplementario. La misión ahora es muy distinta: jugar por cuartos de final ante Venezuela, desde las 16 horas, por la Copa América que se organiza justamente en el país del carnaval eterno. En Río de Janeiro, la albiceleste de Lionel Scaloni deberá rendir un examen que no cuenta con término medio: es seguir con vida o regresar a casa con mucha pena y sin gloria. En este caso, con la lógica salida del cargo del entrenador, algo que da la impresión solo se impedirá si Argentina da la vuelta olímpica.

""Es un dolor inmenso que no sé si algún día me podré sacar". Messi fue claro con cuál es su sensación de aquella frustración llamada final perdida ante los teutones. Era alcanzar la gloria para siempre, hacer lo mismo que Diego Maradona y convertirse, como él mismo definió, ""en una leyenda". Con sus flamantes 32 años, el capitán argentino debe enderezar un barco que se encuentra algo torcido, y más aún sin las bases sólidas. Se hizo (casi) todo mal desde aquella frustración con el equipo de Alejandro Sabella hasta la actualidad. Y Messi quedó siempre en el medio, incluyendo un par de renuncias que dejó de lado para volver a ponerse la camiseta nacional.

Hoy no habrá estadio lleno ni mucho menos en el Maracaná. Se esperan "apenas" 40 mil espectadores en el estadio que es una marca mundial del fútbol. La mayoría serán argentinos y alentarán en pos de lo que tanto se viene negando: ganar un título en la Mayor y cortar así la sequía que data desde 1993.

Para este partido sin margen de error, Scaloni decidió hacer dos variantes. Al medio ingresará Marcos Acuña para darle más fricción al equipo, en detrimento de los toques de Giovani Lo Celso. Mientras que en defensa, la idea es ubicar a Juan Foyth en el lateral derecho, sacando a Renzo Saravia y volviendo a la "cueva" Germán Pezzella. Se gana en el juego aéreo con el defensor juvenil del Tottenham, en lo que ha sido un karma de los últimos años.

Del otro lado estará la Venezuela de Rafael Dudamel. Esa que en un amistoso en marzo pasado en Madrid nos hizo precio con el 3-1. Hoy es otra historia. Que así sea…

 

 

Scaloni esconde

Extraña teoría

El entrenador argentino, Lionel Scaloni, argumentó ayer en conferencia de prensa que no confirmó el equipo titular porque ""quiero jugar al despiste: que el técnico rival no sepa cómo vamos a salir a jugarles es algo a favor nuestro".