El ídolo de Boca, Martín Palermo, el hombre que emociona al planeta futbolero con su vida, con sus goles, transita el último trecho de su carrera deportiva. Que según él mismo dijo, le pondrá punto final el próximo mes de junio, cuando se juegue el último partido del Torneo Apertura en La Plata, frente a Gimnasia. Aunque ayer, en el primer superclásico del año, el Titán tuvo un desempeño más que aceptable, lo que hace ilusionar a más de un hincha xeneixe con su continuidad. Dio una asistencia que terminó en gol y marcó otro, en un cotejo que Boca venció a River por un claro 2-0.
La primera intervención del partido por parte de Palermo, se dio cuando se jugaban 11′ de la primera parte. Fue luego de un centro de Chávez, que el goleador paró en el punto penal y con el arco tapado por los defensores millonarios atinó a darle un pase a Colazo que venía entrando y sin dudarlo el pibe la mando al fondo de las piolas. Los minutos pasaban y el ídolo de Boca no solo marcaba presencia en el área contraria, sino además en su propio arco, despejando toda pelota aérea. Tanto sacrificio de Palermo tuvo premio, ya que después de una mala intervención de Almeida y un gran centro de Clemente Rodríguez, logró conectar de cabeza y decretar el 2-0, con el que desató la fiesta en la Ciudad Feliz.
Entre semana, Martín, había anunciado que el de ayer, podía ser el último superclásico del verano, ya que tiene tomada la decisión de retirarse cuando Boca se mida con Gimnasia y donde podría darse también, el retiro de Guillermo Barros Schelotto. Es por eso que en el cotejo dio el 100 por ciento de sacrificio y dejó todo por la camiseta.
Jugó bien, marcó un gol. Que más se le puede pedir a un goleador de 37 años que una vez más dejó en claro que no tiene fecha de vencimiento.