El seleccionado argentino de fútbol venció 2 a 1 a Perú, en un partido para el infarto, con un gol en tiempo de descuento de Martín Palermo, y en posición adelantada, con el que el sueño de llegar al mundial de Sudáfrica sigue en pie.
Gonzalo Higuaín puso en ventaja al equipo de Diego Maradona, igualó a los 45 minutos del segundo tiempo Hernán Rengifo, pero Palermo, cuando el partido se moría, le dio vida al seleccionado argentino.
El partido se jugó bajó un diluvio en el estadio Monumental, con un mal arbitraje del boliviano René Ortubé, quien no sancionó un claro penal para Perú y no advirtió la posición adelantada de Palermo en el gol.
La vida del delantero de 35 años es una película y esta vez al final apareció el actor protagónico, el que no enamora por besos sino por goles, y salvó al seleccionado argentino y a Maradona de un papelón histórico, porque el equipo futbolísticamente fue muy malo, no tuvo alma y desde el banco de suplentes en vez de arreglar los problemas los complicaron más.
Pero Palermo salvó a todos, por eso las chances de clasificar al mundial de Sudáfrica siguen intactas, porque empatando el miércoles que viene en el estadio Centenario hasta se puede llegar a Sudáfrica 2010 en forma directa sin pasar por el repechaje.
Pero para esa historia todavía hay tiempo. La que pasó ayer habrá que recordarla, para no volver a repetirla.
El seleccionado argentino salió a jugar ante Perú con dientes apretados y en los primeros minutos tuvieron el gol Messi, Gonzalo Higuaín y Angel Di María.
Pero los minutos fueron pasando y el seleccionado no mostraba nada que ilusionara, por eso, a los 27 minutos el grito que salió de la tribuna Centenario pidiendo a Palermo se trasladó a toda la cancha.
Sobre el final de la etapa Argentina volvió a pisar varias veces el área rival, pero sin profundidad, con situaciones extrañas, como varios gritos de Heinze para con Messi y en medio de un silencio atroz en el Monumental los jugadores se fueron al descanso.
Para el inicio del segundo tiempo Maradona sacó de la cancha al jugador más fácil de cambiar, Enzo Pérez, para que ingresara Palermo. Perú avisó primero con un remate de volea de Juan Vargas, que pegó en el travesaño. Y cuando todos empezaban a temblar apareció Aimar para dejar con un pase perfecto solo a Higuaín con el arquero y el delantero del Real Madrid, con un remate cruzado, estableció el 1 a 0.
Con la ventaja, Argentina bajó más el nivel. A los 12′, Romero evitó el empate en un mano a mano, el rebote le quedó a Solano, quien remató y salvó Insúa, con la mano dentro del área, en un claro penal que el boliviano Ortubé decidió ignorar.
Bajo una lluvia torrencial, Perú siguió insistiendo y Maradona eligió defender el resultado, mandando a la cancha a Martín Demichelis, quien ingresó por Higuaín, y hacer pararse en el fondo con cuatro hombres.
El cambio de Maradona agrandó a los peruanos, que empezaron a manejar la pelota, a tirar muchos centros al área y merecer la igualdad.
En el último minuto, cuando ya la cancha era intransitable por el agua que caía, llegó el justo empate marcado por Rengifo. Decepción, incredulidad, malestar, todas esas sensaciones dijeron presentes en el Monumental.
El partido estaba perdido para el equipo de Maradona. Y el milagro llegó en tiempo adicionado: tras dos centros sin precisión, Federico Insúa metió la pelota lo más cerca del arco y Palermo, en posición adelantada, empujó con su pie izquierdo el balón al gol que salvó la noche y mantuvo la esperanza viva.
