El reconocido piloto portugués Paulo Gonçalves falleció ayer durante la séptima etapa del rally Dakar, según informó la organización de la competencia motora más exigente del mundo.
Gonçalves, de 40 años, sufrió un accidente a la altura aproximadamente del kilómetro 276 de la etapa entre Riad y Wadi Al Dawasir (Arabia Saudí), que tenía el tramo cronometrado más largo de todo el rally, con un total de 546 kilómetros de competición.
El portugués participaba por decimotercera vez en el rally más duro del mundo, y por primera vez lo hacía con la marca india de motos Hero, tras haber competido antes con la japonesa Honda, con la que en 2015 quedó segundo del Dakar, el mejor resultado de su carrera.
Los médicos de la carrera le practicaron maniobras de reanimación en el mismo lugar del accidente sin éxito, por lo que el piloto luso fue trasladado al hospital de Layla, dentro de la región de Riad, donde se certificó su fallecimiento.
Uno de los corredores que se detuvo a ayudar al motociclista accidentado fue el australiano Toby Price (KTM), último ganador del Dakar y tercero en la clasificación general de la actual edición del rally.
Price se encontraba entre los pilotos que iban marcando los mejores tiempos del día en los primeros sectores de la etapa, pero optó por detenerse al encontrar a Gonçalves tendido en el camino. Además del segundo escalón del podio del Dakar obtenido en 2015, el piloto portugués había finalizado el rally otras tres veces entre los diez primeros.
Es la primera muerte de un participante del Dakar en cinco años, pues el rally no registraba ninguna víctima mortal desde 2015, cuando el motociclista polaco Michal Hernik falleció por deshidratación en San Juan.
La séptima etapa del rally tenía 546 kilómetros cronometrados y se anticipaba una ruta muy rápida entre valles de arena y dunas rumbo al "Cuarto Vacío", una área de desierto de 650.000 kilómetros cuadrados prácticamente deshabitada.
El argentino Kevin Benavides, quien ganó la etapa, posteó un mensaje conmovedor en su cuenta de Instagram: "No tengo palabras para explicar la tristeza que tengo. Hoy cuando llegué al punto del accidente, me detuve y me paré al lado de Toby, y ya estaban los médicos trabajando por lo que no me acerqué. Nunca me di cuenta que eras vos el piloto que estaba en el suelo a unos 10 metros de mí, pensaba que era tu compañero de equipo porque al largar desde atrás perdí el orden. Luego me dijeron que continúe así que me subí y seguí. Llegue al refueling, y ahí otros pilotos me hicieron entender que eras vos el que había caído. Me desplomé en el piso, y aún quedaban 70 km. Continué llorando cada km hasta el final. Gané la etapa y te la dedico para vos con mucho dolor. Vos me enseñaste a siempre seguir y sonreírle a la vida, sos mi admiración como piloto, agradezco a la vida por haberte puesto en mi camino y haber podido compartir tantos momentos increíbles e inolvidables. Ahora entiendo que seguramente no quisiste que te vea ahí, siempre te recordaré como la gran persona, piloto y amigo que fuiste conmigo. Tendré un ángel que me guiará desde arriba el camino. Te quiero siempre".
Opinión
¿Hasta dónde?
¿Habrá que andar a 200 kilómetros por hora o más arriba de un bicho de esos de acero para entenderlos? Será eso lo que nos "falta" a los mortales que vemos muchas veces atónitos cómo se arriesga la vida en una prueba como el Dakar. Y hasta notamos incrédulos que parte del gustito especial está, justamente, en tutearse con la muerte. En ver hasta dónde llega el límite entre la vida, la aventura y la muerte. Esto se expande más allá del rally más peligroso del mundo y Fernando Alonso fue claro ayer tras la muerte de Goncalvez: "Ningún deporte motor es 100% seguro". En la potencia que tienen esos vehículos está la adrenalina y ese juego algo perverso, difícil de comprender para otros "ajenos" a esa pasión fierrera. Acaso la mamá del inigualable Ayrton Senna dio la mejor descripción y su frase adhiere a los Goncalvez que hubo, hay y habrá: "Mi hijo vivía a fondo y murió en su ley".
Suspensión
La organización del Dakar informó anoche que la octava etapa de la prueba a disputarse hoy fue suspendida para las motos y los cuatriciclos debido a la muerte de Goncalvez.
No así en el caso de los autos y camiones. La decisión fue tomada tras una reunión entre la dirección de carrera y los equipos participantes del Dakar.