Su préstamo se vence a fin de mes y deberá dejar Boca más allá que se habla que la dirigencia intenta negociarlo para tenerlo por un año más, pero lo concreto es que Daniel Osvaldo jugó anoche “su partido” porque fue el último ante sus hinchas, dado que el fin de semana enfrentarán a Vélez de visitante y luego se unirá a la Selección italiana. Por ello es que sus hinchas ya no lo verán más y anoche el contacto entre el goleador y sus fanáticos marcó el final de su historia.
Por ello el delirio en el tanto que abrió el marcador a los 39’ del segundo tiempo cuando no podía vulnerar al arquero de Huracán Las Heras Emir Basabe. Metió el frentazo tras el centro de Calleri e inmediatamente se sacó su camiseta y lo gritó con el alma. Para su gente que ayer colmó el Bicentenario sanjuanino.
Fue su último tanto y posterior festejo con sus hinchas. Que puede prolongarse si logran convencerlo para una renovación de se contrato, pero por el momento, la historia de Daniel Osvaldo y Boca quedó sellada en San Juan.
Y fue un gol, pero pudieron ser más. Porque el delantero lo buscó siempre. Fue por esa revancha con olor a despedida y la encontró en el epílogo, para agigantar su figura.
Lo tuvo siempre. Su gol estuvo siempre por caer. Pero Basabe siempre lo privó de festejo. Como pasó en todo el primer tiempo, ya que a los 13’, 21’ y 33’, el arquero le sacó el trío de frentazos. Y ya en el complemento el 1 mendocino se jugó la vida y arrojándose sobre el jugador le quitó toda posibilidad de conversión. Hasta que a los 39’ y sin nadie en el arco, metió la cabeza para el gol, su delirio, la fiesta boquense y el grito de despedida para Osvaldo con su anotación clave para clasificar.

