Boca Juniors pasó a las semifinales de la Copa Libertadores de América, al vencer en la Bombonera a Nacional de Montevideo por 4 a 3 en definición con tiros desde el punto del penal -instancia en la que brilló el arquero Agustín Orión-, tras empatar 1 a 1, idéntico resultado que el partido de ida. Ahora, en una de las Semifinales, Boca se verá las caras con el ganador de la llave Independiente del Valle de Ecuador y Los Pumas de México, que definirán la próxima semana en México (en la ida ganaron 1-0 los ecuatorianos). En la otra chocarán Atl. Nacional de Colombia ante San Pablo de Brasil. En la Bombonera, el “Cata” Díaz en contra, a los 20’ del primer tiempo, abrió la cuenta para Nacional; y empató a los 27’ del complemento Cristian Pavón, que fue expulsado por sacarse la camiseta en el festejo (doble amonestación). Orión, lo dicho, brilló en los penales en su partido 200 en el club de la Ribera (73 en la Libertadores). Atajó tres de los seis que pateó Nacional: a Porras, Romero y Carballo (lograron marcar Polenta, Victorino y Fernández). Por el lado de Boca acertaron Tevez, Díaz, Fabra y Carrizo, y Esteban Conde (también figura) detuvo los disparos de Pablo Pérez e Insaurralde. En el partido, Nacional empezó a crecer desde el inicio. Y lo hizo desde su arquero Conde, quien sacó dos veces en la misma jugada lo que era el gol de Boca, primero ante Pérez, después ante Tevez. Entonces la visita se apropió del aspecto anímico del juego. Tuvo complicidad: el medio de Boca jugó decididamente mal y Peruzzi y Fabra fueron una cosa en proyección y otra en retroceso. Nacional complicó con pelotazos cruzados. Así llegó al gol, a los 20’, cuando Barcia envió el centro y el “Cata” Díaz, cerrando, batió su propia valla con un zapatazo imparable. A partir del 1-0, los uruguayos -invictos en condición de visitantes- se ordenaron en defensa y descansaron en los nervios evidentes de los de Guillermo Barros Schelotto, que recién sobre el cierre de la etapa encontraron algo de juego asociado y elaboración para romper líneas. Lo del Xeneize en el complemento fue más amor propio que fútbol, empuje que le alcanzó para acercarse tibiamente al arco de Conde. Hasta que a los 27’, y tras una maravillosa asistencia de Jara desde el mediocampo, Pavón se fue por la derecha y batió al arquero visitante con un disparo cruzado. Pero el propio Pavón condicionó las posibilidades posteriores de Boca con su tarjeta roja, y de allí hasta el final fue Nacional el que mejor intentó la diferencia. Llegaron los penales y allí volvió a tenerlo Nacional, que se adelantó dos veces pero Orión y los dejó sin nada.