El jugador del seleccionado de Brasil, Robinho, parece ser otro. Alguien apegado ahora a la disciplina impuesta por el DT Dunga y ajeno a las excentricidades. "Hay que respetar la idea del técnico. Es lo mejor estar todos concentrados y tranquilos para buscar el objetivo de ser campeones. Por ahí, el Mundial pasado estuvimos mal preparados y el grupo estaba rodeado de demasiada fiesta", expresó el actual jugador del Santos, quien volvió tras haber fracasado en su paso europeo por el Real Madrid (España) y Manchester City (Inglaterra).