El tandilense Juan Martín del Potro calificó al serbio Novak Djokovic, su rival de mañana en la tercera rueda de Roland Garros, el Abierto de tenis de Francia, como “un amigo íntimo”, pero adelantó que “la amistad quedará de lado y no va a importar”.
El tandilense, 26º en el ranking de la ATP, se clasificó ayer a la tercera rueda del Grand Slam francés tras vencer al esloveno Blaz Kavcic por 6-3, 6-2 y 6-4; Djokovic, el jugador del momento, inminente número uno del mundo, invicto en la temporada, hizo lo propio ante el rumano Víctor Hanescu (6-4, 6-1, 2-3 y abandono).
El partido entre Del Potro y el serbio será programado seguramente en el court central de Roland Garros, el Philippe Chatrier, toda vez que se enfrentarán el jugador en mejor forma del año y otro que (el argentino) que volvió de gran manera tras la lesión que lo mantuvo inactivo durante casi todo 2010.
“Será un partido hermoso para jugar y la amistad quedará de lado”, dijo Delpo en conferencia de prensa, y ante alrededor de 50 periodistas, tras su victoria de ayer en París.
“Jugaré contra quien está por batir todos los récords. No tiene puntos flojos, es el jugador del año. Si no es ahora será más adelante pero será número 1. Como amigo le deseo lo mejor, me pongo contento por él, pero este viernes dejaremos de lado y no nos va a importar quien este enfrente”, aseguró.
Djokovic acumula una racha de 39 partidos invicto en 2011 y siete títulos seguidos (entre ellos el Abierto de Australia y cuatro Masters 1000).
“Estoy listo para jugar en el court central, me gusta la sensación de jugar en las canchas más importantes de los torneos de Grand Slam”, manifestó el tandilense de 22 años. Y agregó: “Los dos conocíamos el cuadro, pero no hablamos de un posible cruce. Quizás más tarde nos mandemos un mensaje en Twitter. Somos amigos pero profesionales, queremos ganar, estoy seguro de que no le va a importar quién está del otro lado”.
Después dijo: “quizás apostamos algo”, pero rápidamente aclaró: “Plata no, porque él tiene mucha más que yo”.
Sobre su partido con el esloveno Blaz Kavcic, estimó que “era un juego muy especial, porque sabía que en Argentina iba a estar mucha gente mirando por televisión porque es un día especial. Por eso quería dedicarle una victoria a la gente de mi país”.

