Con Argentinos

A una decena de días de cumplir 16 años (el segundo más joven en el fútbol argentino después del Kun Agüero) lo mandó a la cancha el técnico Juan Carlos Montes, quien lo conocía de los Cebollitas. El rival era Talleres, el 20 de octubre de 1976. "Vaya y haga lo que sabe. Y si puede tire un caño", le pidió el DT. En la primera que tocó el Pelusa le hizo un túnel a Juan Domingo Cabrera. La única mala el resultado final: 1-0 para la ‘T’.

Boca I parte

Con la camiseta de sus amores debutó el 22 de febrero de 1981. Otra vez con Talleres de Córdoba como rival, pero con alegría por la goleada (4-2) en la Bombonera. Usó la cinta de capitán y debido a la euforia que había por verlo, el estadio xeneize cerró sus puertas 45′ antes del inicio del partido donde fue figura. Un par de goles suyos, ambos de penal, le abrieron el camino al equipo de Silvio Marzolini que meses después daría la vuelta olímpica.

En el Barcelona

Después de firmar un contrato por 1.200 millones de pesetas y jugar el Mundial de 1982 en ese país, el Diez comenzó su carrera en los catalanes el 5 de setiembre de 1982. Terminó en derrota 2-1 contra el Valencia, pero Diego pudo celebrar algo: su primer tanto. El DT alemán Udo Lattek, tenía una particular visión del fútbol que hizo padecer por entonces a Maradona. Una de ellas era entrenar con pelotas más pesadas que las de fútbol para así fortalecer los músculos.

Con el Nápoli

"Quise decirles buenas tardes en italiano y me salió cualquier cosa. Igual, como el estadio se vino abajo ovacionándome, me di cuenta que ya tenía le gente de mi lado", sic. Maradona cuenta lo que sintió el día de su presentación en el San Paolo de Nápoles. El estreno futbolístico llegó quince días más tarde una vez que se puso a tono en lo físico: derrota 3-1 con el Verona, el 16 de setiembre de 1984.

En el Sevilla

Después de una suspensión por doping en Italia y pedido expresamente por Carlos Bilardo, llegó al Sevilla para su segunda etapa en España. El partido del debut oficial mucho tuvo que ver con la primera parte en Barcelona. "¡Goyko!, ¡Goyko!", fue el grito hostil de recibimiento para el Diez en el estadio San Mames ante el Bilbao, club en el que una década antes jugaba Goykochea y quien fracturó al Pelusa. Otra vez hubo derrota en el bautismo, en este caso 2 a 1.

Con Newell’s

Flaco como nunca antes después de bajar 12 kilos por culpa del mentalista chino Liu Guo Cheng y con la mirada puesta en el Mundial del año siguiente, volvió a nuestro país para jugar en Newell’s. Debutó con los rosarinos el 10 de octubre de 1993 en Avellaneda, ante Independiente. Caída 3-1 con el Rojo. Toques de su calidad siempre vigente, como en la imagen donde la tira una rabona Islas. "Soy féliz de nuevo", contó entonces.

En Boca parte II

Tras la "cortada de piernas" en el Mundial de Estados Unidos y la purga de la suspensión por dóping nuevamente, volvió a su Boca. Con la rebeldía siempre latente y en este caso para ir contra las normas que marcaba entonces en la selección Passarella, se hizo este mechón amarillo que fue todo un símbolo de la época. Alegría en el reencuentro: 1-0 en la Bombonera ante Colón, con pelea incluida con el Huevo Toresani.

Con la celeste y blanca

"Va por Luque. Entre y haga lo que sabe, esté tranquilo y muévase por toda la cancha, ¿estamos?". El Flaco Menotti le hablaba a Diego en el banco de suplentes de la Bombonera, el 27 de febrero de 1977. El Pelusa ingresó en el complemento ante Hungría (goleada 5-1) y así comenzó su idilio con la selección Mayor. "Tenía un miedo bárbaro", recordó sobre su bautismo tiempo después.

Como DT en Mandiyú

Su actual función la desempeñó por primera vez el 3 de octubre de 1994, en plena suspensión por el dóping en el Mundial de ese año. Con Carlos Fren como ayudante tomó el mando de un revolucionado Mandiyú de Corrientes. Traspié 2-1 como locales ante Rosario Central fue el inicio en el nuevo rol. La particularidad fue que Diego estuvo en un ‘corralito’ en la platea viendo el partido ya que como no era DT no podía ingresar al campo de juego.