Lástima, aquellos dos goles de Lanús que se dieron en el primer tiempo. El primero, cuando todo era gris y parejo, por una distracción. El segundo, por un penal dudoso. Todo eso en la recta final de la etapa. Después el equipo sanjuanino arrinconó al local. Creo innumerables situaciones para convertir y, cerca del final, descontó. Tuvo a mal traer a uno de los candidatos al título. Y en su casa. Terminó perdiendo 2-1 pero dejó una saludable imagen.
El primer tiempo dejó bastante que desear. Es que Lanús largó como para comérselo al Verdinegro pero de a poco el equipo sanjuanino se fue acomodando y le cerró rápido los caminos a Corti. En ese lapso inicial, un centro de Valeri no encontró un destinatario. Tras cartón, Mas sacó una pelota que iba al gol. Pero ahí acabó todo lo peligroso.
Es que el juego Granate se hizo repetitivo y San Martín le encontró la marca justa a los ataques por el medio. Arriba el Verdinegro empezó a moverse más rápido, en especial Riaño, pero no preocupó a Marchesín. Es que tanto el rubio como Osorio estaban solitarios, porque los volantes externos no llegaban y Luna se limitaba a meter pelotazos.
El partido cayó en un pozo de calidad. Y a San Martín le convenía. Porque era prolijo en la marca y porque no pasaba sofocones.
Hasta que a los 33’ se dio una jugada que cambió el rumbo. Alvarez perdió una pelota en el medio y Romero metió un estiletazo al corazón del área. La corrió Valeri, enfrentó a Corti que alcanzó a tocar pero le volvió a caer al atacante y éste la mandó al fondo.
San Martín quedó herido. Sólo se limitó a seguir en lo mismo. Y, 7’ después tuvo que sufrir una fatalidad. Porque en un ataque local y en una montonera en el área, Pezzota cobró un dudoso penal. ¿Fue foul de Mattia? ¿El defensor la tocó con la mano desde el piso? ¿Hubo otra infracción? Sólo Pezzota lo sabe. Lo cierto es que Romero cerró la historia picándosela a Corti. 2-0 para Lanús. Demasiado premio, aunque victoria justiciera porque fue el que más buscó.
En el complemento se vio otra historia porque San Martín fue otro. Atacó siempre. Le puso dinámica a las subidas por los costados y fue metiendo a Lanús cerca de su arquero Marchesín. A los 2’ Osorio estuvo cerca. A los 11’ Alarcón probó de lejos y la pelota pasó raspando un palo. A los 20’ Landa cabeceó al gol pero Pereyra la sacó de la línea. ¿Y Lanús? Casi nada. Un par de contras controladas.
Ya en la media hora, San Martín era una tromba. Y Lanús todo atrás. Caprari (entró por Riaño) tuvo el gol pero la sacó el arquero. Entró Penco, toda la carne al asador. Hasta que llegó el minuto 40 y el chileno Alarcón sacó un latigazo que venció a Marchesín. Era justicia. Lástima, muy tarde. Lanús ya había hecho su negocio. Y San Martín, que hizo un gran segundo tiempo, se quedó con las manos vacías.
