Vincenzo Nibali, el “Tiburón del Estrecho”, demostró ayer que tiene más hambre que nunca. No conforme con su aplastante ventaja en la general, “CaNibali” quiso dar otro nuevo golpe de efecto y ganar la última etapa de montaña del actual Tour de Francia. Un auténtico recital en la cima del mítico Hautacam para sumar su cuarto triunfo en la presente edición y obligar a los restantes competidores a pelear por el segundo lugar dado que la ventaja que les sacó supera los siete minutos y salvo alguna situación impensada nadie le quitará la malla amarilla.
En la lucha por el podio, el español Alejandro Valverde bajó de ser escolta al cuarto lugar, pero muy cerca de Pinot y de Peraud, segundo y tercero respectivamente. Habrá nuevo capítulo en esta particular guerra mañana en la contrarreloj.
La de ayer fue una jornada pirenica para el recuerdo en la ’Grande Boucle’. A una nueva exhibición de Nibali en la montaña hay que sumar el espectáculo que ofrecieron los otros hombres de la general en una apasionante lucha por entrar en el podio de París.
Hoy correrán 208 kilómetros de perfil llano entre Maubourguet Pays du Val d’Adour y Bergerac.