Newell’s salió a jugar el partido que se esperaba frente a Defensa y Justicia en el Coloso. Presionó alto para ubicarse en campo rival e intentó adueñarse de la pelota. Esa fue la ecuación a la que apeló el entrenador Omar De Felippe con el objetivo de enderezar el rumbo y acallar todas las voces que ponen en duda su continuidad al frente del palntel rojinegro.
El primer minuto de juego reflejó la intención del dueño de casa. Robó una pelota gracias a la presión alta, hilvanó una jugada rápida con tres y llevó peligro al arco que defiende Ezequiel Unsaín.
El trámite del partido se presentó cambiante. Principalmente porque los equipos se prestaron la pelota y porque no supieron inclinar la balanza a su favor.
La lepra llegó una y otra vez con peligro. Pero nunca supo cerrar la jugada. Dejó expuesta su deficiencia ofensiva. Y casi lo paga carísimo. Porque Defensa tuvo dos chances clarísimas de liquidar el partido. La primera la desperdició Togni, y la segunda no terminó en gol gracias a una gran respuesta de Aguerre.