Tiene 28 años pero corre como un pibito de 20. Ayer, en Concepción, se comió la cancha. Se llama Sebastián Navarro. Es un mediocampista de marca y creación por igual. Llegó como refuerzo proveniente de Ferro Carril Oeste. Originariamente no estaba en los planes pero, al lesionarse el “Mencho” Bustos, los dirigentes Verdinegros salieron de última y lo trajeron para reforzar la zona de gestación.

Ya en el Monumental, en la fecha pasada, mostró sus capacidades pero ayer frente al Rojo de Avellaneda se hizo patrón de la mitad de cancha y guió siempre a su equipo para ir al frente. El técnico Mayor ha encontrado en la dupla Navarro-Pelaitay un acople perfecto en ese “doble cinco” del equipo sanjuanino. Ambos presionaron y quitaron la pelota en varios pasajes. Pero Navarro siempre tomó la manija.

El “número 23” forzó aplausos permanentes con sus frenos, esquives y movimientos exquisitos. Se trata de un jugador distinto. En el juego de San Martín está bien utilizado, aunque por momentos le faltó un socio que se le acercara para darle mejor volumen al ataque. Lástima, en la próxima fecha no podrá contar con su compañero ideal, Nico Pelaitay (llegó a las cinco amarillas y deberá purgar una fecha de suspensión).

Al final del partido, Navarro, con sencillez y siendo frontal, dijo: “Jugamos un buen primer tiempo y en el segundo creo que nos jugó en contra el cansancio. Independiente tiene jugadores rápidos y teníamos que estar muy atentos. El empate está bien y nos favorece para seguir sumando puntos. Eso sí, hay que rescatar que San Martín no pierde como local desde hace 21 fechas y no es poca cosa”.