Disciplina de trabajo muy estricta es la premisa de UPCN San Juan Voley, que en esta previa del Mundial de Clubes Brasil 2013 se respeta aún más. Entre los viajes a los centros de entrenamiento, el trabajo de doble turno (pesas y vóley) y los tiempos a respetar por la organización, el poco tiempo que les queda libre a los jugadores de UPCN tratan de aprovecharlo al máximo. En las habitaciones no faltan los buenos ratos jugando a la Play, escuchando música, improvisando un partidito de póker y, también, gastando bromas.
El plantel ya respeta duplas de compañeros que comparten habitación de hoteles de acuerdo a una división que armó el cuerpo técnico a principios de temporada. Así, por ejemplo, Demián González y Bogdan Olteanu son compañeros de cuarto (en el 802) o los más extrovertidos, Junior y Gustavo Molina, siempre están juntos (en la 1001). La música no falta en los equipos electrónicos de los jugadores y los gustos son tan distintos como el lugar de origen de los voleibolistas: desde pop y rock a folclore o cumbia, pasando música brasileña, rumana o chilena.
Es en la habitación 1001 del hotel Mercure donde se arman los partidos de fútbol de la Play Station. González y Filardi, jugando juntos, tienen fama de invencibles, aunque hay varios que dominan el jueguito y les dan lucha.
Los partidos de póker tienen sus fanáticos y Bogdan es uno de los más respetados a la hora de enfrentar rivales en una ronda. Pero en lo que siempre están atentos todos es en no caer en alguna broma, de la que nadie está exento. Ni siquiera Rodrigo Peres Lopes, el más serio del equipo.
Gustavo Molina es uno de los más bromistas y Sebastián Garrocq no se queda atrás. El “Enano”, por ejemplo, se escondió bajo una cama y dentro de un placard para asustar a Demián González, que a su vez fue víctima del kinesiólogo Carlos Baigorrí y el estadígrafo Beto Varela, quienes también se escondieron en su habitación para darle un susto al armador cuando entraba. ¿Cómo pudieron hacerlo? La clave es una tarjeta magnética maestra que consiguió Baigorrí.
Los jugadores además tienen sus hábitos que de alguna forma los definen. Por ejemplo, Olteanu y Junior son los más tecnificados, con los últimos modelos de Ipad, compus o teléfonos. El más ansioso es Garrocq, quien siempre está listo media hora antes de los horarios anunciados por Armoa; el más desordenado es Martín Ramos; el más coqueto es Gustavo Molina (usa cremas antiage y se compra ropa cara, se quejaron sus compañeros) y los más dormilones son Varela y el profe Leandro Lardone.

