Lanús terminó prematuramente anoche la defensa del título obtenido en la pasada edición de la Copa Sudamericana al empatar 1 a 1 como local con Cerro Porteño, en la vuelta de los octavos de final, perjudicado por la derrota 2-1 de la ida en Paraguay.
Hay partidos que se definen por detalles y otros, cuando ya tienen previa como el anoche, en los que ambos equipos caminan por la cornisa durante los 90 minutos. Así se planteó el encuentro desde antes que se jugara el primer minuto de juego, cuando Diego Braghieri se equivocó y Oscar Romero no perdonó. Con el 0-1 al “granate” se le precipitaron los tiempos y le creció la desventaja para revertir, por lo que la paciencia quedó rápidamente de lado y le dejó paso al vértigo. El desarrollo fue alcanzando más emotividad con el paso de los minutos y las opciones de gol transitaban de una área a la otra sin solución de continuidad.
Hasta que a los 38 minutos Braghieri, embanderado en la bronca y la sed de revancha, recuperó una pelota en su campo, a escasos dos metros del lado izquierdo del círculo central, y desde allí inició un slalom que dejó atrás a cuatro rivales y terminó picándosela a Barreto, de zurda, para empatar y reivindicarse.
El segundo período quedó abierto entonces a la perentoria búsqueda de los de Guillermo Barros Schelotto y a la respuesta de los paraguayos. Y dentro de esos parámetros, el que mejor hizo las cosas fue el visitante, que al momento de ejercer el rol al que lo llevó este partido de 180 minutos hizo mejor las cosas y generó opciones muy claras como para convertir y liquidar la serie sin los sobresaltos del final.
Lanús terminó aspirando a un 2-1 que al menos lo llevara a los penales, pero la última puntada sigue siendo una asignatura pendiente.
Por contrapartida Cerro Porteño hizo revolcar seguido a Agustín Marchesín, el palo también le negó la posibilidad del segundo tanto, y si bien el árbitro ecuatoriano Roddy Zambrano se equivocó para ambos lados, al final la clasificación para cuartos se la llevó merecidamente.

