La bronca en Alianza por la mala actuación del árbitro Héctor Sosa en lo que fue caída el viernes ante San Martín, en Mendoza, todavía no se evaporó. El árbitro puntano tuvo una pobre labor en el encuentro, quien incluso fue acusado por el dirigente lechuzo, Rubén Miadosqui, de haberle solicitado 5.000 pesos antes del partido. Tanto el presidente Sergio Miadosqui como el propio Rubén no pudieron ser contactados por DIARIO DE CUYO en la jornada de ayer, igual que el entrenador del equipo, Marcelo Vázquez. El que dio su versión de lo sucedido fue Carlos Muñoz, quien fue el tercero de los expulsados el viernes. Los otros dos fueron Cristian Amaya y Javier Paratore. "La verdad, que en todos los años de jugar, nunca vi una cosa tan alevosa de un árbitro. Desde que hicimos el gol al inicio del segundo tiempo, inclinó la cancha de una manera terrible. A mí me echa porque reacciono tras el segundo gol de ellos tirándole un pelotazo a un jugador mendocino que cargó al arquero nuestro. En el rebote de la pelota, le pegó al árbitro y me expulsó. Da mucha bronca que cosas como estas ocurran y tiren a la basura todo el esfuerzo de un equipo", relató el defensor.

Los medios mendocinos también criticaron la labor del juez. En la crónica del Diario Los Andes se menciona que "San Martín ganó al convertir un penal inexistente cobrado por el árbitro". Mientras que en el Diario Uno se expresa que "el primer penal sancionado por Sosa (que Coronel le contuvo a Reggi) no existió porque Muñoz no tuvo intención de tocar el balón con la mano".

Según declaraciones el pasado viernes, Rubén Miadosqui anunció que la dirigencia iba a realizar una denuncia por este tema en la semana contra el árbitro Sosa.