El corazón, la actitud, el empuje le permitieron al sanjuanino Mauricio Muñoz (26-3-0, 13 ko) imponerse al cubano Luis Franco (11-1-0, 7 ko) en la pelea de fondo de la velada desarrollada antenoche en el estadio Aldo Cantoni. Esta victoria, en fallo dividido, posiciona al púgil chimbero como retador oficial a la corona mundial pluma de la FIB (Federación Internacional de Boxeo) que ostenta el australiano Willy Dib.
No fue una victoria clara, pero si sufrida. El local tuvo que lidiar contra sus propias imperfecciones y contra el mayor bagaje técnico del caribeño, quien en varios pasajes de la pelea impuso su boxeo pulido, de toque veloz y rotación constante.
Sobre el ring montado en el Cantoni, donde 2.500 personas vibraron con las victorias de los cuatro sanjuaninos, en su pelea estelar, hubo en Franco un eximio boxeador, carente de potencia y amarrete de actitud; que enfrentó a un gladiador más fuerte, al que le faltó pericia, pero le sobró convicción y entrega.
Hasta el sexto round, el combate fue parejo con dos capítulos para cada uno y otros dos empatados. Hasta allí fue Muñoz el que impresionó mejor en los asaltos que ganó porque conectó las manos más netas, que si bien fueron pocas, alcanzaron para marcarle el terreno al cubano, quien en todo momento planteó una pelea de corta y media distancia.
El séptimo round fue claramente para el visitante quien se floreó con el jab zurdo y combinaciones. En ese instante el promotor ,Osvaldo Rivero, buscó a Carlos Gómez, presidente de la Agrupación Virgen de Fátima solicitándole el aliento para levantar anímicamente al Negrito.
El octavo asalto, aunque más equilibrado, también fue para Franco, quien después pareció conformarse con lo hecho y se perdió en vacíos de acción que agrandaron a Muñoz, quien salió a tirar, en muchos casos al bulto. Aún sin conectar golpes certeros ese desborde vació físicamente al cubano.
En los dos rincones se llegó al último round sin la certeza de una victoria clara por eso se los envió a quemar los últimos cartuchos. Entre dos hombres cansados impresionaba mejor el más técnico, en este caso Franco. Claro que a la hora del análisis de los jurados se premió la vocación ofensiva, desordenada y confusa pero constante del sanjuanino sobre la actividad lúcida, vistosa pero intermitente, del cubano. Un jurado vio ganador a Franco por fallo escandaloso de ocho puntos, otros dos otorgaron la victoria a Muñoz por 1 y 2 puntos. Era pelea para fallo cerrado, quedará la polémica. A la hora del análisis pesó más el coraje y el corazón, aún con falta de eficacia de uno sobre la frialdad extrema del otro. Ganó Muñoz y se convirtió en el challenger del australiano Dib.

