Las expectativas de la Argentina en el debut del Mundial Sub 20 se desinflaron muy rápido. De un comienzo en el que el equipo ilusionó con el juego, la presión y el control de la pelota y el territorio, a la desilusión por la caída 3-0 con el que la golpeó Inglaterra, que con la potencia y el aprovechamiento de algunas ventajas que brindó el conjunto al momento de defenderse, celebró lo que poco imaginaba. La expulsión de Lautaro Martínez, que venía de recuperarse de una fisura en el tabique nasal fue otro tropiezo de cara al próximo compromiso, el martes, en este mismo escenario, frente a Corea del Sur.
Un inicio sin estudio ensayó la Argentina, que salió a jugar enseñando cuál sería su plan: un conjunto compacto, que intentó ejecutar una presión alta para recuperar con rapidez y elaborar en las adyacencias del área rival. Fue un monólogo de la selección el comienzo, con una buena participación de Santiago Colombatto para ser, con el primer pase, el eje de los avances. Fue el momento en que Exequiel Palacios se sintió cómodo, siendo un socio ideal para el volante que se desempeña en Trapani. La posesión de la pelota fue un bien preciado para los juveniles, que se mostraban con movilidad y ensanchaban la cancha con las trepadas de Montiel, por la derecha, y de Valenzuela, por el sector opuesto. Tenía un déficit el equipo: le costaba filtrar un pase profundo, que lastimara a una defensa que no se desacomodaba, aunque tampoco reflejaba ser una muralla. Así, Ezequiel Ponce, el faro de ataque, era una pieza que se retrasaba para el armado, pero no tenía presencia en el área.
Los primeros intentos, a pesar del dominio, fueron dos tiros libres, lanzados casi desde el mismo lugar del campo. Primero, Palacios, con derecha, intentó sorprender al arquero Woodman, pero el remate se fue ancho; más tarde repitió la fórmula Colombatto, y aunque estuvo más cerca, la pelota la controló el guardavalla con la vista. Una pelota recuperada por Colombatto, en la salida de los ingleses, generó un centro de Ponce que Kenny despejó, cuando Marcelo Torres quedaba frente al arco para anotar.
Veinte minutos demoró Inglaterra para salir del asedio territorial, con un pase que Onomah jugó a la espalda de Santiago Ascacibar, pero el anticipo de Juan Foyth devolvió la calma. Esa sería la medida del rival, ser profundo con pases largos para la potencia de los volantes externos Dowell y Calvert Lewin y de los atacantes Armstrong y Solanke.
Una acción de pelota detenida, la Argentina con menos altura las elaboró bien, pudo ser la llave, pero el anticipo de Colombatto, tras córner de Palacios, fue devuelto por el travesaño. En el complemento, en el inicio, Colombatto fue el lanzador y Senesi, de cabeza, elevó el remate. Un disparo de Ponce, tras dominar el balón con el pecho y girar, sin puntería, ocasiones en la que la Argentina no lograba ser contundente.
Y esa falencia no la tuvo Inglaterra, que con poco rompió el resultado. Un anticipo de Calvert Lewein a Montiel, en el primer tiempo, y una corrida de Armstrong, en el comienzo del segundo tiempo, donde Senesi quedó a mitad de camino, Foyth no llegó a la cobertura y el arquero Petroli descubrió el primer poste, dejaron 2-0 abajo a la selección. El 3-0 de Solanke, de penal, un castigo demasiado elevado.
El resto fueron intentos con empuje pero sin claridad, mientras Inglaterra se movía con inteligencia para bloquear los espacios y hacer que la desesperación se apoderará de la Argentina. La expulsión de Lautaro Martínez, por un supuesto golpe a Tomori, después que el árbitro Abdulla Hassan solicitara la aplicación del video -la primera vez que se utilizó en la Copa del Mundo de Juveniles-, terminó con las ilusiones en un partido que empezó para esperanzar y finalizó envuelto en frustración.
Lisandro Martínez, expulsados en el último encuentro del hexagonal final del sudamericano de Ecuador, cumplió el partido de suspensión. El defensor de Newell’s no viajó junto a sus compañeros, y no tuvo acceso a los vestuarios: miró el encuentro desde la platea, acompañados de los dirigentes y encargados de prensa.