Habían pasado 17 años y la expectativa era alta, especialmente en un ambiente muy fierrero que esperaba volver a ser parte o ver motociclismo en pista. Sin embargo, el regreso de las motos al camping El Pinar no tuvo el desenlace esperado, pues las competencias finales debieron ser suspendidas al no poder garantizar todas las condiciones de seguridad, luego de que el público había empezado a invadir la pista y hubiese un herido por el despiste de dos kartings.
El festival motor organizado por una familia vinculada al automovilismo y la Asociación Sanjuanina de Karting incluía carreras de motos y kartings con la motivación de tener nuevamente pruebas de motociclismo de velocidad en el Pinar, que habían dejado de hacerse en 2001. La actividad comenzó en la mañana, con las series clasificatorias de ambas ramas. Pasado el mediodía, ya había más de 1.000 personas; mientras que a la tarde estimaban que había unos 5.000 espectadores.
Si bien constantemente desde la organización pedían a través de los altoparlantes el cuidado del público y la seguridad privada tenía mucho trabajo, por momentos se advertía que la gente cruzaba la pista en distintos sectores (había vallado con cinta y no en todo el perímetro).
De hecho, más temprano, un chico del público había salido a la calle en una pausa y sufrió una caída en su moto particular.
Como sufrió un corte profundo, lo trasladaron al hospital, indicó la organización. Pese a eso, el cronograma venía desarrollándose con normalidad. Incluso distinguieron a expilotos como Mario Frack, Pascual Morales o Lucio Jofré, entre otros.
Pero cuando salió a pista el karting para disputar su final (unieron un par de categorías por el parque de vehículos), un toque entre dos unidades derivó en un despiste en la recta principal, con tan mala suerte que un espectador ubicado sobre la banquina no tuvo tiempo de reaccionar. El hombre, que no fue identificado, fue impactado por uno de los kartings e inmediatamente fue atendido por el personal médico (hubo dos ambulancias en el lugar). Uno de los profesionales indicó que en principio sus heridas no eran graves, pero lo trasladaron a un centro médico.
Como la carrera se detuvo con bandera roja, un integrante de la organización salió luego a recorrer la pista para chequear aspectos de seguridad y avanzar con el relanzamiento. Pero un grupo de jóvenes (aparentemente ebrios) empezó a arrojar piedras a esa persona, quien iba en moto.
La organización entonces se reunió y resolvió que para evitar problemas más graves en las pruebas de motos y con el público sin poder ser controlado por invasión de pista, lo más acertado era suspender el festival. Y determinar a los ganadores de acuerdo a las series.
Con mucha convocatoria pero sin el comportamiento adecuado (quizás por tanto tiempo que pasó desde la última carrera), sin un vallado que posiblemente hubiera evitado problemas y con ganas de más, esta primera fecha se quedó con sed de revancha. Y de acuerdo a la sensación que quedó en el ambiente, tiene chances de otra oportunidad.
Con vallado
Juan Carlos Burgoa, uno de los integrantes de la familia que apostó por organizar carreras de motos en El Pinar, se mostró apesadumbrado por la suspensión, pero a la vez entendía que era lo mejor que podían hacer para evitar otro incidente, aún más grave.
Burgoa, fuertemente ligado al automovilismo y al motociclismo local, adelantó que la próxima fecha se llevará a cabo el 30 de septiembre, nuevamente con un festival tuerca que incluirá carreras de motos y kartings, pero con otras medidas de seguridad.
"Vamos a ver la posibilidad de contar con un vallado metálico en todo el circuito, pero si determinamos que incluso así no se podrá controlar al público entonces deberemos buscar otro escenario para darle continuidad a la actividad", dijo.