Medio centenar. Javier "Chicharito" Hernández marcó ayer el segundo gol de la escuadra azteca, el número 50 de su cuenta personal en la selección de su país.

 

El "México lindo y querido" bajaba de las gradas del Rostov Arena, entonado por varios miles de voces aztecas que se ilusionan con su equipo que lidera el Grupo F, tras vencer ayer a Corea del Sur. Dos jugados, bastante bien. Dos ganados, con claridad. Punteros absolutos, con puntaje ideal, pero, por esas cosas del fútbol aún no clasificados porque Alemania le ganó a Suecia -su próximo rival- y para asegurarse el paso a octavos, por lo menos no deberá perder con los nórdicos, pues de vencer Alemania a Corea, algo que es previsible, podría haber un triple empate en seis puntos. Allí comenzará a tallar la diferencia de gol y otras yerbas, que los mexicanos evitarían con un empate en el encuentro del cierre del grupo.

En todos los ámbitos de la vida, también y fundamentalmente en el fútbol, el azar tiene un peso importante. Los asiáticos, encerrados atrás y saliendo al contraataque, pusieron en peligro a la defensa mexicana por las bandas, hasta que a los 18 minutos Hyun-soo, zaguero central surcoreano, regaló un penal al lanzarse a cortar un centro con las manos muy abiertas. El balón le golpeó en su brazo derecho y el árbitro serbio Miroslav Razic no dudo en marcar el penal. Carlos Vela abrió el marcador. De allí en más los dirigidos por el colombiano Juan Carlos Osorio mostraron todo su repertorio de un fútbol de toque, dinámica y efectividad que le permitió ponerse 2-0 con un gol de su figura, "Chicharito" Hernández, perder varios goles más y darse el lujo de recibir un tanto en el alargue, cuando su victoria no corría riesgos.

 

"Nuestra idea es quedarnos hasta el último día del Mundial. No va a ser fácil, pero hay que seguir ilusionados".
Memo Ochoa (arquero de México)