Con el magnífico gol de tiro libre que anotó anoche, Lionel Messi consiguió superar en la posición de máximo goleador de la Selección argentina a Gabriel Omar Batistuta. El “Pulga” había alcanzado a “Batigol” con el tanto que anotó en el 4-1 sobre Venezuela en los cuartos y ayer el rosarino comenzó a marcar diferencias con respecto al artillero nacido en Reconquista.

El anterior “capocanonieri” albiceleste era pura fuerza y contundencia. El nuevo “Pichichi” es todo magia y oportunismo. Batistuta era capaz de hacer un gol con un par de defensores rivales colgados de su cuerpo. Messi puede anotar desairando a toda la defensa adversaria.

La primera diferencia es que el antiguo goleador fue un buen delantero, de los mejores del mundo en su época. Mientras que el nuevo artillero con varios años más de carrera por delante ya tiene un lugar en el Olimpo, junto a otros dos dioses paganos: Pelé y Maradona.

Y la gran diferencia es que Messi aparte de convertir goles, aporta para que sus compañeros los hagan, con las de ayer a Lavezzi e Higuaín suma 35 asistencias. Fenómeno con mayúsculas.