Lionel Messi aseguró hoy que si bien tuvo un "muy lindo recibimiento" de parte de los hinchas del Paris Saint-Germain (PSG), luego "hubo un quiebre en la relación", al sincerarse, en una entrevista con la cadena televisiva BeIN Sports de la que hoy fue difundido un adelanto, sobre la difícil relación con los hinchas de ese equipo

"Desde el principio fue algo muy lindo el recibimiento. Se dio así, como anteriormente había pasado con Kyllian Mbappé y Ney (Neymar). Sé que es su manera de actuar, pero bueno, me quedo con toda la gente que sí me respetó como yo respeté a todo el mundo desde que llegué y nada más… es una anécdota. Hubo un quiebre en la relación", reflexionó el rosarino.

El delantero rosarino, que tendrá su futuro en Inter Miami de la Major League Soccer de Estados Unidos, dejó de lado la dura crítica de una parte de la parcialidad y se enfocó en lo que lo trataron "siempre con respeto".

"Vine a París porque me gustaba el club, tenía amigos, mucha gente conocida dentro del vestuario. Me parecía que, más allá de lo que era el club, iba a tener una adaptación mucho más fácil a cualquier otro lado al que pudiera llegar a ir. Por eso decidí venir", dijo Messi en un adelanto de una entrevista con BeIN Sports.

Los futbolistas que el exBarcelona ya conocía eran Leandro Paredes y Ángel Di María, que salieron al final de la primera temporada a Juventus de Italia, y el brasileño Neymar, quien padeció varias lesiones en estos dos años.

"La adaptación fue muy difícil, mucho más de lo que esperaba. Más allá de que tenía gente conocida dentro del vestuario, fue difícil adaptarse al cambio, llegar tarde, no tener pretemporada. Adaptarme a una nueva manera de jugar, nuevos compañeros, la ciudad, a la cual fue muy difícil adaptarme al principio para mí y toda mi familia", lamentó.

Messi, acaso el mejor futbolista de la historia, vio frustrada su vuelta a Barcelona de España, club que lo vio nacer profesionalmente y en las juveniles, después de varias semanas de negociación sin oferta formal. El otro camino era el fútbol árabe, donde sobraba dinero pero faltaba convencimiento por parte del rosarino y su familia de irse a un país diferente en su cultura, más allá que es embajador deportivo.

El equipo que tiene al inglés David Beckham como dueño hizo todo lo posible para seducirlo, desde el estilo de vida hasta un proyecto deportivo desde mitad de año con posibles refuerzos de jerarquía y la llegada de un entrenador de talla internacional -suena Gerardo Martino-. En la actualidad hay tres argentinos Nicolás Stefanelli (ex Defensa y Justicia), Franco Negri (ex Belgrano de Córdoba) y Benjamín Cremaschi (convocado al Sub-20).

La oferta de Inter no solamente cuenta con dos temporadas y otros beneficios (acciones en la franquicia en un bajo valor). Además, el complemento pasa por el negocio que podría tener con marcas de primer nivel y la Copa América del año próximo y el Mundial 2026 -puso en duda su participación en la última gira con la Selección argentina por Asia-.

Esta decisión le llevó unos días, luego de esperar con entusiasmo a Barcelona, que nunca consiguió los permisos ni le llevó un contrato, y tampoco le convenció renovar en PSG -tenía la opción- después del maltrato recibido. La propuesta de Inter es integral y Miami es una ciudad que él y su familia conocen por las vacaciones reiteradas.

El argentino, que mañana cumplirá 36 años, se encuentra de vacaciones en Rosario y se espera su presencia en las despedidas de Maxi Rodríguez (mañana en cancha de Newell’s) y Juan Román Riquelme (el domingo en La Bombonera).

Cuando se ponga la camiseta del Inter Miami, Messi vestirá su tercera camiseta en el profesionalismo luego de su paso por PSG, a donde llegó con todas las luces y se marchó entre las sombras por la falta de amor y el exceso de críticas por parte de la prensa y los hinchas parisinos.

Messi, ya como campeón del mundo, aportó 16 goles y 16 asistencias en la campaña, que lo tuvo como protagonista en 33 partidos en esta última temporada en la que terminó como bicampeón de la Ligue 1 de Francia.

Es verdad que la gran deuda con Paris Saint-Germain estuvo en la Liga de Campeones de Europa, en la que nunca pasaron de los octavos de final en ambas ediciones, teniendo a Real Madrid de España y Bayern Múnich de Alemania como verdugos de un equipo lleno de estrellas pero con pocas luces en la cancha.