Símbolos eternos. Es lo que son para la albiceleste tanto Emanuel Ginóbili como Andrés Nocioni. La CABB decidió retirar sus camisetas para siempre.

 

La Confederación Argentina de Básquetbol (CABB) decidió ayer por unanimidad el retiro de las camisetas del seleccionado nacional con el número 5 y 13, utilizadas respectivamente por Emanuel Ginóbili y Andrés Nocioni, campeones olímpicos e integrantes de la Generación Dorada.

Esos dorsales quedarán oficialmente fuera de circulación desde la AmeriCup que se jugará del 25 de agosto al 3 de septiembre en cuatro ciudades: Medellín, Bahía Blanca, Montevideo y Córdoba.

La medida de la CABB fue ‘con el único fin de reconocer a dos jugadores que jerarquizaron a la Selección durante más de una década y media, lograron triunfos históricos y, además, impulsaron al crecimiento del básquetbol argentino dejando un legado explícito para las jóvenes camadas”, explicó el presidente Federico Susbielles en un comunicado.

“Es sólo el comienzo del proyecto. Tenemos el deseo de retirar más camisetas más adelante. Hay muchos jugadores y jugadoras que prestigiaron a la Selección Argentina. Por eso, si bien arrancamos con Chapu y Manu, propondremos en el Consejo algunos otros nombres”, adelantó.

Ginóbili, de 40 años, debutó con la Selección en el Mundial de Grecia 1998 y disputó un total de 104 partidos oficiales con un total de 1.588 puntos anotados. Es el sexto jugador con más encuentros disputados con el equipo mayor, fue parte de la obtención del oro olímpico en Atenas 2004, también participó del bronce en Beijing 2008 y fue subcampeón en el Mundial de Indianápolis 2002. Andrés Nocioni, protagonista de los mismos logros, jugó 121 encuentros oficiales y marcó 1.364 puntos. Está tercero entre los jugadores con más encuentros disputados en el seleccionado mayor.

 

“Un duelo de dos años”

Leonardo Gutiérrez, quien anoche tenía su partido de despedida en Mar del Plata, destacó en una entrevista con el diario Olé que “hace dos años que vengo sabiendo y pensando que me iba a retirar en esta temporada, hice un duelo de dos años mientras jugaba, sabiendo que llegaba el 13 de mayo y era mi último partido de fase regular. Si había playoffs, se alargaba. Me fui preparando desde el principio”. Haciendo un repaso por su trayectoria, admitió que “mi mayor virtud fue adaptarme a las distintas etapas de mi carrera. Y mi mayor defecto puede ser un poco lo físico, no haberme cuidado lo suficiente o necesario para estar todos los años mejor. Y como no reniego del carácter, sé que también fue un defecto”.