La última competencia de los campeonatos argentinos de ruta, la de pelotón varones elite, la más antigua, la que está festejando su 106 aniversario acá en San Juan, no será una competencia más. Será diferente a muchas, o casi todas, las que se disputan domingo a domingo en la geografía nacional. Tendrá una parte de ruta abierta, casi un tercio de la misma, porque el viaje que hacen hasta San Martín, pasando por Albardón y Angaco, para luego desandar el camino y retornar al punto de largada, que es el autódromo Villicum-San Juan. Después de esos 70 y pico de kilómetros, donde si se pierde rueda por un pinchazo o algún desperfecto, y se puede completar una persecución y neutralización, abrigados por la caravana; se entra al trazado automovilístico.
Allí la cosa se pone complicada. El asfalto abrasivo, las curvas que interrumpen el ritmo, el viento que pega de distintas direcciones y la ausencia de caravana, exigen al máximo la habilidad de los pedalistas. Serán 27 vueltas, que por lo visto ayer, irán demoliendo piernas y debilitando ánimos. Será una batalla de tácticas y fortalezas.