Se sabía que la paciencia de los hinchas de San Martín, en caso de no conseguir un buen resultado ayer, podía terminarse. Y así fue nomás. Porque se pasó del apoyo con el banderazo en la concentración del plantel, a la despedida con insultos y cánticos en contra de los jugadores. Quiroz y los dirigentes quedaron inmunes al menos para la mayoría del público que ayer fue al Hilario Sánchez.

Antes que el colectivo partiera desde el apart hotel donde concentra San Martín, parte de la hinchada hizo un banderazo de apoyo. Aunque un par de horas después y con el gol de Armani para Tiro Federal, se pasó al enojo total. "Jugadores, haber si nos entendemos, nosotros alentamos y ustedes pongan huevo", sonó como primer hit en la tarde del descontento para darle paso al más duro "que se vayan todos, que no quede ni uno solo". Uno de los apuntados fue el delantero juvenil Gonzalo Narváez, quien fue reemplazado por Quiroz antes del primer tiempo y por ende terminó llorando de bronca en el banco.

La mejora en la parte final amenizó en algo los reproches, aunque con el tercero todo se volvió a calentar. Belforte, quien salió reemplazado, fue víctima de muchos silbidos cuando dejó el campo de juego en lugar de Tonelotto. Y otro al que la gente le apuntó fue a Toranzo, quien padeció la velocidad y habilidad de Castillon. Sólo Penco, Mármol y en menor medida Pocrnjic se salvaron del enojo generalizado de los hinchas.